Magia y millones

EL PODER del marketing es mucho mayor de cuanto se pueda imaginar, como se ha vuelto a poner en evidencia con el lanzamiento del quinto episodio de Harry Potter: no ha sido necesario el recurso a la publicidad convencional porque los medios han respondido, de forma prácticamente automática, al diseño de un plan de comunicación que ha conseguido gratuitamente una presencia casi agobiante del nuevo libro en prensa, radio y televisión que ha llegado, de este modo, a un público mucho más amplio que el que pudiera haberse atraído con la campaña publicitaria más cara y más imaginativa. En librerías y bibliotecas los niños, por mucho tiempo, sólo pedirán este libro, que taponará cualesquiera otros títulos, actuales o clásicos, de la literatura infantil, aunque muchos de ellos sean tan fantásticos o más que el del aprendiz de mago. Continuarán, además, las películas con enorme recaudación de taquilla, los disfraces y los más variados objetos en venta para emular a los personajes del libro. La mayor ventaja de este quinto episodio ha sido que su lanzamiento permite aprender mucho a los profesionales y a los estudiantes de relaciones públicas que, al observarlo, pueden llegar fácilmente a la conclusión de que basta cualquier pretexto que sirva para captar la atención de los medios de comunicación para que, a la vez, esté garantizado el interés del público. Tal objetivo puede alcanzarse con el robo de un camión o con la filtración de parte del contenido del libro, porque sólo hay que lograr que los profesionales de la información caigan en la trampa y trabajen gratis para quienes explotan el personaje del niño de las gafitas.