Antenas y móviles
He sido secretaria de la junta directiva de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de León durante varios años, indicando a este respecto que presenté mi dimisión el pasado mes de marzo: nadie me echó. Como dato informativo, decir que mi dimisión se basó en irregularidades de la organización que expondré a quien le interese oír. En la actualidad soy socia y pretendo ser voluntaria si me dejan. En relación con las afirmaciones de Silvia Cueto Andrés, expresadas en esta publicación el pasado día 26 de junio, a la que no conozco y me consta que no asiste a las asambleas de esta sociedad, tengo que aclarar algunos puntos. Leyendo lo expuesto por esta señora me he ratificado en esa inteligente cita que dice que «la ignorancia es la madre del atrevimiento». Señora, no sólo son esas chicas a las que usted critica en su escrito las que muestran rebeldía ante la situación en que se encuentran los animales del centro, yo también y como yo, prácticamente la totalidad de los voluntarios y ex miembros de la junta directiva que también presentaron la dimisión por las mismas razones. Conozco a estas chicas porque colaboran activamente prestando su tiempo, su esfuerzo y sus propios medios económicos en beneficio de los animales, y de ellas sí puedo decir que asisten a todas las asambleas y reuniones de voluntariado, por no hablar de sus numerosas visitas al centro, lo que no puedo decir de muchos, incluida usted. Créanme, estas chicas no mienten y yo tampoco lo hago, al contrario, estas chicas saben de lo que hablan. Pienso que todos tenemos derecho a levantar la voz ante las injusticias y en el centro de esta sociedad se están cometiendo muchas contra los animales. Podría contar muchas cosas pero, a falta de espacio, diré que como bien dice, los interesados se pueden informar en el propio centro pero, por favor, que exijan ver también «la trastienda» y no solo lo que las trabajadoras quieran enseñar. Por cierto, estas tres trabajadoras no colaboran con esta sociedad desinteresadamente por que prestan servicios remunerados a través del oportuno contrato de trabajo, esto para información de muchos. No pretendo desfavorecer a los animales, todo lo contrario, porque es ahora cuando más necesitan nuestro apoyo. Muchas personas estamos dispuestas a prestárselo, pero no se confundan, apoyaremos a los animales y no a una mala organización, administración, y al desinterés y la desinformación, por no hablar del afán de protagonismo de algunas personas con verdaderas ansias de salir en los medios. Desde aquí hago un ruego para que no se deje de apoyar a los animales que ese centro alberga, porque eso es todo lo que tienen, además de un proyecto de futuro que muchos de nosotros queremos conseguir para ellos, pese a quien pese. Por último, decir que soy consciente de que expresar mi opinión acarreará una serie de descalificaciones hacia mi persona a las que no tengo intención de dar réplica por considerarlo absurdo y pueril. Victoria Gago Delgado. (León). El preámbulo de la Constitución con que se quiere dotar la UE sigue dando que hablar en los medios de comunicación, a través de la polémica, cortés ciertamente, entre dos personalidades francesas: el ex presidente galo Valery Giscard D'Estaing, presidente de la comisión para la redacción del texto constitucional, y el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, el arzobispo Jean Louis Tauran. La queja de la Santa Sede se sintetiza: «Es de justicia, de respeto a la verdad histórica, que conste en dicho texto la contribución del cristianismo a la cultura, incluso a la formación y concepción de Europa como una unidad continental, contribución que se prolongó al menos del siglo IV al XVI». En efecto, sólo mentes sórdidas pueden negar el patrimonio religioso-cultural que más allá de la historia de tantos pueblos europeos y sus tradiciones se concreta en las bibliotecas monásticas y las universidades, los hospitales y las fundaciones de los primeros bancos, en la literatura, filosofía, pintura, escultura y arquitectura, hasta en la misma ciencia y en muchos de sus descubrimientos. ¿Cómo ha acogido hasta ahora, el proyecto de preámbulo de la Constitución de la unión Europea, toda esta ingente aportación de acueductos del cristianismo para aplacar la sede material y espiritual de Europa?. Lacónicamente, con una alusión concreta a las civilizaciones «helénica y romana» y las «corrientes filosóficas del «siglo de las luces» (los ideales que inspiración la Revolución Francesa de libertad, igualdad y fraternidad, versión laica -igual a atea- de otros valores evangélicos), con lo que se ha dado un salto en la historia europea de mil trescientos años». Anatolio Calle Juárez (Navatejera).