Diario de León
Publicado por
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
León

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CITAS clandestinas, sin teléfonos móviles, a través de terceros y largas sesiones en despachos bien fríos. Los socialistas tienen un mes y medio para arreglar el desastre que ellos mismos provocaron en Madrid. Ya se están moviendo, como puede advertirse por los rumores que, a pesar de la discreción, se van escurriendo y algunos hechos como el nombramiento de Rafael Simancas como senador. En efecto, el nuevo destino del líder de la FSM es el primer dato del plan que han puesto en marcha los socialistas y que pasa por el sacrificio de las dos partes que provocaron la crisis: por un lado, la separación de Rafael Simancas de la carrera a la presidencia de la comunidad y, por otro, la devolución de las actas de los diputados Tamayo y Saez. Recomiendo al lector que del bombardeo de noticias que va a tener que padecer todos los días vaya seleccionando como interesantes aquellas que le vayan ayudando a entender el proceso de la toma de poder en la comunidad, esto es, de la formación en definitiva de un gobierno. Por ejemplo, yo no me tomaría en serio las noticias relativas a la investigación de los protagonistas. La comisión de investigación es en realidad un formalismo, exigido por el guión, una especie de deferencia para la sociedad. Para los socialistas las soluciones no pasan por denunciar posibles casos de corrupción sino por conseguir pactos. El Partido Socialista y los dos tránsfugas (o el grupo que representan) están condenados a entenderse. A ninguna de las dos partes les conviene la celebración de las elecciones ya que estas llevarían al poder a Esperanza Aguirre y, por tanto, están obligados a encontrar una salida que evite la nueva cita en las urnas. Es seguro que no conoceremos en mucho tiempo todos los términos del arreglo que están preparando estos días la dirección del PSOE y los «renovadores por la base», pero sí algunos de ellos ya que tendrán una traducción pública, como sucede con este nombramiento senatorial de Simancas, primer signo visible del compromiso en marcha. Sería un osado si dijera que el plan socialista está asegurado. Hay muchos factores humanos en juego y muchas contradicciones de intereses que podrían hacer fracasar el arreglo, pero de lo que estoy seguro es que las dos partes están en ello y que no dejaremos de tener señales en ese sentido a lo largo de este mes. Por ejemplo, el diputado Tamayo ha declarado que la transacción exigiría la retirada de Simancas y hechos que demostraran una corrección de la estrategia del Partido Socialista. Concretamente los «renovadores por la base» pondrán como condición una cierta ruptura respecto a IUy a buen seguro pondrán encima de la mesa condiciones menos ideológicas y más materiales. Ahora cobra todo su sentido la investidura falsa que protagonizó Simancas: con su celebración ganó tiempo para conseguir los pactos, esto es, la devolución de las actas a cambio del despegue respecto a Izquierda Unida, la retirada de Rafael Simancas de la carrera a la presidencia de la comunidad y, sin duda, alguna las compensaciones en listas electorales y en la administración, una vez conseguido el gobierno.

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