Diario de León
Publicado por
DAVID F. LÓPEZ PÉREZ
León

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LA REGULACIÓN de los ríos Duerna y Peces es urgente para evitar los daños ecológicos desde el Teleno hasta Benavente. Jamás fueron trucheros por excelencia, pero aún así es importantísima su regulación, no sólo para regocijo veraniego de unos pocos. A las causas naturales que han motivado la desaparición de sus cauces, en ningún caso se puede añadir la del saqueo derivado de desarrollo agrícola alguno en los años 60, no hubo tal desarrollo, salvo que algunos tengan teorías especiales sobre tal concepto. Ni el Piva ni el Liska fueron, en absoluto, los responsables del gran daño de sus acuíferos y capas freáticas. ¿Lo fueron en el Órbigo y en el Esla, zonas agrícolas mucho más amplias y de explotación más continua y continuada?,¿lo serían también de las fuentes del «Cañal» y la del «Humero»?, porque ya de puestos a secar... Las generaciones de entonces se beneficiaron de lo que España entera se «beneficiaba»: el abandono del Estado, igual en el Duerna que en el Jarama. Cada tiempo histórico, vive su tiempo histórico, por mucho que muchos durante años se empeñen en vender otra historia. Pretender responsabilizar, además, a un puñado de jubilados de la muerte lenta de los ríos, es cuanto menos una estupidez malsana de quien no vivió, ni vive con ellos o entre ellos; de haberlo hecho sabría algo más sobre pozos negros, entre otros temas. Me preguntaba el día 8 de noviembre de 2002 en este mismo medio, sobre quién «estaba moviendo» esta aberración socio-económica que supone la construcción de un pantano en el Duerna. Van saliendo. Don Laureano Rubio nunca va a confundir las heminas con las hectáreas, ni viceversa. No tiene muchas de las primeras, menos de las segundas. No trabajó mucho en ninguna de ellas. ¡cómo le van a importar las cuotas!, que serán en cualquier caso muchas. Los que ¿viven? de la agricultura, y los que a veces ¿vivimos? de ella, hemos contemplado la muerte de la Comarca. Muerte debida a muchas causas, entre ellas, abandonos como el de don Laureano «camino de la prosperidad». Mentes preclaras como la suya hubiésemos necesitado para ver a tiempo los problemas, como la forma de no tirar al vertedero cada año las patatas y la remolacha excedente de cupo. Será que el tonto del pueblo es ahora más tonto. Señor Rubio, en la Valduerna ni hubo ricos, ni campesinos con tierras que vender, deje el minifundio en su lugar porque jamás concentrará latifundios, salvo que siga usted empeñado en ponerse en plan Mendizábal. Esto es el siglo XXI, España, León y la Valduerna. Céntrese de una vez. Actuaciones urgentes en la Comarca hay muchas, la regulación de los ríos con fines exclusivamente ecológicos es una de ellas. Pero hay más. Lo sabe usted que lo veo muy implicado. Por cierto, 45 años sin aparecer por el Ayuntamiento de su pueblo -¿sabe dónde está Villamontán?-, y acaba de presentarse como candidato a alcalde. ¿Precisamente ahora? ¿Oscuros intereses? ¡Que nos conocemos todos! Ya sabemos de sus nuevas teorías, como las de sus nuevos y preclaros jefes (véase Diario de León de fecha 27.05.03, Pág. 4 «La UPL no se equivoca, sino los ciudadanos que tienen lo que se merecen»). Ni ellos a más, ni usted a menos. Ningún pájaro, incluidos los del mal agüero, anidará en los frondosos chopos americanos de su verde finca Fresno-valdornesa si éstos no «pagan» antes el agua que consumen. Ese agua suya, pantanosa, hay que pagarla , ¿sabe Ud.?.Claro que, D. Laureano lo hará «... cuando le dé la gana...». Pero para los que nunca fueron profetas en su tierra, y menos en su pueblo -¡qué triste!-, del cual ahora se ven nuevamente desterrados por la fuerza de los votos, para esos todo el monte es orégano y al paleto que le vayan dando. En cambio, otros sí procuramos ir cada semana a nuestro pueblo, sin pantano, para explicarles a nuestros paisanos los pros y los contras, otros puntos de vista acordes con sus necesidades actuales, reales. Ellos decidirán y no otros por ellos. Vamos a enseñarles a nuestros hijos las escasas heminas que sus abuelos miran con dolor, sus padres dejaron con tristeza, porque no había pantano cuando tuvo que haberlo. Pantano: antes una necesidad, hoy una estupidez económica e impuesto revolucionario propuesto por cuatro listos; mañana una utopía, salvo que los cuatro listos se den prisa en repoblar. Repoblar. ¡Cielo Santo! ¡Qué dice usted! ¿Está repoblándose El Páramo que tiene pantano? Visítelo. Mientras tanto, Riaño «repoblará» el Carrión. Vivamos en la utopía por un momento y pónganos pantano don Laureano. ¿Trabajaría usted y regaría el maíz y la ¡frambuesa!, y sus hijos hasta fijarían población?. Ni lo primero ni lo segundo. Otros en cambio sí utilizan aún el Piva, no para el césped, sino para mantener vivas aún otras cosas. Las hectáreas señor Rubio, no se riegan ni por decreto, ni «por cojones», muy de su nueva línea. Se riegan preguntando primero en Destriana, Fresno, Villalís, Miñambres...si hay alguien que las quiera regar. Usted no pregunta, no se atreve. El culo y las témporas, son dos términos tan contrapuestos como la regulación de un cauce y la construcción de un pantano, amigo mío. La velocidad y el tocino, lo son tanto como la realidad agrícola valdornesa y sus necesidades más urgentes. Puede confundirse usted cuanto quiera, de hecho confuso siempre ha estado, pero no tiene ninguna autoridad para manipular a sus paisanos, creándoles falsas ilusiones y fundados temores. Estudios incompletos, idílicos planteamientos, teorías económico-sociales utópicas, infundadas e inexactas, negación de la realidad agrícola, súbita candidatura a alcalde... «aquí hay algo más» que cualquier interés por la prosperidad de la Valduerna. Como si en la reforma de la PAC no tuviera usted estudio y trabajo... eso sí es un problema para la Valduerna, don Laureano.¿Y usted quiere más regadíos? Torpeza infinita. Regúlese, pero regúlese. Que el agua baje por los ríos, limpia, que no arrastre profetas ni pájaros, eso sería señal de «crecida» y desbordada y... a 200 metros de los cauces (Peces y Zaya) está su huerta, don Laureano. No debo creer otra cosa. Desenmascarados los absentistas; vamos a dar a los promotores, y a los que sólo van al pueblo por y para el bullicio veraniego, a los advenedizos de la política, a los ¿estudiosos?, a los profetas... un consejo: también ustedes son Valduerna, vuelvan a ella. Todos tienen derecho a quedarse, no a ser «invitados» a abandonarla, como usted se toma la libertad de sugerir por el sólo hecho de no compartir su opinión. Claro que si a usted «...no le da la gana...». Sin acritud, don Laureano no nos ponga, hoy, el pantano; la prosperidad de sus paisanos déjela en sus propias manos, sabias manos.

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