NUBES Y CLAROS
It was a mariposita
DESDE LEÓN se podrá salir volando en breve a destinos varios del país, pasando por curiosas escalas, por aquello de que las compañías aéreas hacen extraños destinos de viaje. Eso es una gran noticia, aunque los humildes bolsillos de la mayoría de los viajeros tiemblen al contemplar la tarifa de precios (más ahora, que no dan ni bocadillo). Pero calidad de vida es calidad de vida. Aún sin despegar los nuevos aviones el alcalde leonés, también recién despegado, se ha liado la manta a la cabeza y reclama a voz en grito un gran aeropuerto para León, capaz de acoger aviones de gran capacidad. Pues estaría bien, ya se sabe, la burra grande... Que el objetivo sea realista, ya es otro cantar. De hecho, planear (de hacer planes, no de sobrevolar) una gran infraestructura cuando no se es capaz de hacer rentable una más caserilla, como la que tenemos ahora, me suena al cuento aquel de la mariposita. Era una especie de coplilla que contábamos en el instituto en una suerte de espanglish, y que en el idioma materno venía a decir que salió una mariposita a volar, cuando de repente cayó a plomo. La mariposita se llevó la patita a la cabeza, soltó un taco y dijo: «Me olvidé de abrir las alitas». Pues para mi que a los de la gran infraestructura aeroportuaria se les está olvidando que primero hay que abrir las alitas y luego volar, a no ser que quieras darte un batacazo, que en este caso sería muy sonado. Si no hay vuelos ni clientes, para qué un gran aeropuerto. Pero ¿qué es primero, el huevo o la gallina? Similar pregunta se puede plantear en el asunto de las tarifas. Dicen los responsables que bajarán los precios cuando haya más demanda. Pero la parte contratante, los de las maletas, están más por la labor de confiar en que bajen las tarifas para hacer uso masivo de los vuelos. Es algo así como: ¿Qué es más rentable, un estadio lleno a la mitad con entradas a sesenta euros o un estadio lleno a reventar con entradas a treinta euros? Quizá los empresarios ganen lo mismo, pero desde luego el uso multitudinario da mucho más ambiente.