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ESCAÑO CERO

No nos merecemos este espectáculo

Publicado por
JULIA NAVARRO
León

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LOS QUE vivimos en Madrid no nos merecemos lo que está pasando. Me refiero al espectáculo al que, involuntariamente, asistimos en primera fila a cuenta de los tránsfugas Tamayo y Sáez. El espectáculo no pasa de ser un 'culebrón' de tercera y uno se pone a temblar al ir conociendo a los personajes de la política madrileña, que a lo que parece campan a sus anchas haciendo y deshaciendo. Me parece a mí que el PSOE debería hacer algo más que clamar a los cuatro vientos que son víctimas de una conspiración político empresarial. Es verdad que lo son, porque a estas alturas es evidente que había intereses político empresariales encaminados a impedir, por las malas, un gobierno de izquierdas presidido por Rafael Simancas. Pero una vez que esto está claro, el PSOE debería dar un paso más. A mi juicio no se trata de que dimita José Blanco, como piden sus adversarios, ni Rafael Simancas, como igualmente piden los adversarios de éste. Se trata, ni más ni menos, de que los dirigentes socialistas, llámense Rodríguez Zapatero, Blanco, Simancas o a quien corresponda, pongan en marcha una investigación interna en la FSM para aclarar cómo personajes del calibre de Tamayo y Sáez podían estar en sus filas desde hace tanto tiempo y, además, ocupando puestos institucionales. Desde que fue elegido secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero ha hecho gala de que la suya es otra manera de hacer y estar en política. Pues bien, tiene ocasión de demostrarlo dentro de su propia casa. Es necesario que la Justicia investigue y castigue a quienes han conspirado para torcer la voluntad popular, pero también es necesario que la Ejecutiva Federal investigue qué pasa en sus propias filas, porque lo evidente es que Tamayo y Sáez eran de los suyos hasta hace cuatro días. Insisto en que el PSOE debería hacer algo más que «quejarse» y proceder a una investigación interna en la FSM para saber qué hay detrás de todas esas «familias», que en los últimos años han hecho y deshecho a su antojo. Lo que está claro es que en la FSM no todo es trigo limpio y que hay que recuperar la credibilidad y la confianza de los ciudadanos progresistas.