Ibarretxe cambia el formato

POCO a poco, a medida que se aproxima septiembre, se va conociendo algún nuevo detalle acerca de los propósitos del PNV de Arzalluz e Ibarretxe en su plan soberanista. Ahora hemos sabido que el plan del lendakari adoptará la fórmula de un nuevo proyecto de Estatuto para Euskadi, que aspira a iniciar su recorrido parlamentario en el otoño próximo. Es decir, los planteamientos de una Euskadi en libre asociación con España se transformarán en un reformado Estatuto de Guernica, con más atribuciones y planteamientos más autodeterministas. Sin duda, el lendakari empieza a ver la necesidad de plegarse y adaptarse, y tener en cuenta las muchas presiones de toda naturaleza -políticas, ciudadanas, pero también empresariales, e internacionales y de la Unión Europea- que le han hecho ver que su aspiración «de máximos» debía someterse a las posibilidades que permite «la exigente realidad». Tampoco es improbable que el texto que proponga Ibarretxe y auspicie la coalición nacionalista de PNV y EA haga planteamientos «por lo alto» para que la tramitación siguiente lo lime y rebaje a términos aceptables en el marco de la Constitución española vigente. En ese sentido, es del todo probable que el reformado estatuto vasco sea un elemento del que, seguidamente, tomarán nota y reflejarán en su mismo propósito de revisión las dos fuerzas hegemónicas catalanas, también coincidentes en establecer «una nueva forma y grado de relación con España y con su gobierno», según decía hace pocos días el dirigente socialista y candidato a la sucesión de Jordi Pujol Pascual Maragall. Por ahí parecen ir las tendencias nacionalistas. En estos nuevos mensajes de Ibarretxe parecen estar desapareciendo sus viejas invocaciones a la cosoberanía, ámbito vasco de decisión, estatus de libre asociación. Se atisba, por consiguiente, un ánimo de regreso a la moderación y a la «realpolitik» después de los altos vuelos por la utopía independentista...