LA VELETA
Crisis en la democracia
LA POLÍTICA se conforma sobre la credibilidad de los ciudadanos en las instituciones y en sus representantes. La confianza es la base de la democracia, y el control de los poderes públicos, la garantía. El ciclo del declive de la democracia siempre se soporta en la falta de confianza en el sistema y en la falta de posibilidades para que el control sobre las instituciones sea efectivo. Cuando los ciudadanos se siente burlados, se alejan de sus representantes. Luego aparecen los salvadores en forma de caudillos militares o como «outsaiders» del sistema de partidos. Ocurrió en Marbella, ha sucedido en Italia y puede volver a ocurrir en cualquier latitud en donde los partidos tradicionales, en su fracaso, son capaces de propiciar su sustitución por Silvio Berlusconi o por Jesús Gil. Lo que está ocurriendo en la Asamblea de Madrid y la incapacidad de los partidos políticos para dar satisfacción a las preguntas que reclaman los ciudadanos, es caldo de cultivo para el desinterés, la desconfianza y el alejamiento de los representados frente a sus representantes. El Partido Popular antepone la ventaja que puede sacar de esta situación a los intereses generales y el PSOE ha sido incapaz de asumir sus propias responsabilidades. No se puede entender la falta de disposición de los partidos para abordar este fraude a la democracia desde una total complicidad. Cada desacuerdo es un grano de arena en el engranaje de nuestro sistema de convivencia. Por si faltaba algo, la Justicia española está dando muestras reiteradas de dependencia política y de falta de agilidad y coraje para intervenir en el esclarecimiento de este y otros asuntos donde los ciudadanos intuyen delitos y conductas intolerables. Las consecuencias de estos síntomas no son inmediatas. El hastío requiere tiempo para conformar su poder destructor de la confianza en las instituciones pero el trabajo ya ha empezado. Es muy posible, que de seguir así las cosas, en las próximas elecciones de Madrid, que cada día están más próximas, muchos ciudadanos no se acercaran a las urnas y ese será el primer desastre colectivo.