Democracia herida

POR MUCHO que el PP favorezca al tránsfuga Tamayo, lo cierto es que durante el interrogatorio de los portavoces de IU y PSOE quedó totalmente desarbolado todo el andamiaje que había levantado aquel para dar una explicación en clave interna de la FSM de su traición y la de su compañera Sáez. Ni una sola de las razones, ni uno solo de los argumentos esgrimidos se tienen en pie tras esas largas horas de sesión y a pesar del permanente auxilio recibido del PP, tanto del portavoz como del presidente de la comisión. Quedó demostrado que Tamayo había aceptado y votado a favor dentro de la FSM de todas las que luego ha exhibido como causas de su traición. Y quedó demostrado que mentía al afirmar que dentro del PSOE sabían lo que iba a ocurrir, porque terminó admitiendo que la decisión la tomó a última hora, en la mañana del mismo día 10 de junio. Una vez desmanteladas todas las coartadas y sabiendo ya que la traición nada o casi nada tiene que ver con desavenencias internas de la FSM, la lógica más elemental nos dicta que los motivos tienen que ser otros, justamente los que tienen que investigarse en sesiones sucesivas de la comisión parlamentaria. Los motivos tienen que sacarse de las 31 casualidades o coincidencias, telefónicas o no, que han ido apareciendo a lo largo de las semanas siguientes a la fechoría. Independientemente de que puedan mostrarse pruebas con validez judicial, las pruebas con validez política están ahí, y todo el mundo las ve. Eso va a suceder incluso en una comisión formada a imagen y semejanza de los intereses partidistas del PP, utilizando una mayoría ilegítima que las urnas no les dieron y dando por buena la traición de esos dos individuos y apoyándoles en todo momento. Si la democracia española pasa por esto, mucho me temo que nuestra democracia sufra una herida más, y esta vez irreversible.