VUELTA DE TUERCA
Política y vergüenza
AL MARGEN de las investigaciones que ya están en marcha por parte de la fiscalía, que deberían aclarar las razones ocultas del caso Marbello, uno de los episodios más vergonzosos de la democracia, es evidente que las grandes formaciones estatales, PP y PSOE, no deberían consentir que la ciudad quedase en manos de una cuadrilla de tránsfugas, aglutinados nada menos que por Jesús Gil y sus conocidos intereses urbanísticos. Lo más razonable es promover la disolución del Consistorio en los términos previstos en la ley de Bases de Régimen Local y convocar nuevas elecciones. Es de suponer que los electores marbellíes, que han asistido perplejos al pintoresco espectáculo que sus electos les deparan, habrán aprendido la lección y votarán en el futuro con más rigor.