TRIBUNA
León y el turismo
MENOS MAL. Me han satisfecho particularmente las declaraciones de la nueva concejala de Turismo, Fiestas y Tradiciones, Susana Travesí, en el sentido de que las acusaciones de la Concejalía de Turismo y Fiestas del equipo de Gobierno anterior tienen cosas buenas y cosas malas. Imagino que las buenas están referidas al turismo y las malas a las siempre controvertidas fiestas. Como ha venido siendo habitual, del equipo de gobierno y de este concejal, prácticamente, sólo se han hecho comentarios referidos a las fiestas; a su poca participación ciudadana (¿a qué le llaman participación? ¿a vestirse de romanos o juglares, remedando fiestas de poblaciones cercanas o alejadas del ámbito provincial?). Muy pocas han sido las noticias poniendo de manifiesto el espectacular incremento del turismo en León; escasas y dispersas, las que comentaron el número de hoteles abiertos desde 1996; pocas las que reflejaran que se ha más que duplicado el número de visitantes nacionales y triplicado el de extranjeros, a pesar de la crisis internacional. Hay que estar ciegos para no darse cuenta de que el pastel turístico ha crecido considerablemente, si bien son más los comensales. Este es el motivo por el que las pernoctaciones de hoteles específicos hayan descendido ligeramente. Las cuentas son claras. Globalmente, se han incrementado pero, insisto, la competencia es realmente mucho más numerosa. Hablando de hosteleros y hoteleros, es mi obligación decir, desdiciendo nuevamente al concejal de Cultura, que desde hace unos años el sector ha colaborado estrechamente con el Ayuntamiento. Han sido centenares de periodistas especializados, agencias de viajes, operadores de congresos en visita de prospección, a los que hosteleros y hoteleros, previa petición del Ayuntamiento, han ofrecido gratuitamente alojamiento y manutención. A eso se llama apoyar el turismo, aunque todo, naturalmente, es mejorable. En cuanto a congresos, punto de mira y caballo de batalla del antiguo equipo de Gobierno (desde la apertura del Auditorio, aún contando con la programación cultural, se han celebrado doce y programado otros nueve), estoy en total desacuerdo con la compañera de corporación, Susana Travesí. Afirma: «Sería ideal que los congresos se realizaran en otro lugar distinto al auditorio». Estimada Susana, el Auditorio, precisamente, es el centro que nos ha permitido atraer a León grandes congresos que, sin su existencia y capacidad, los organizadores desviarían hacia otras ciudades. León siempre fue lugar de pequeños congresos (máximo de 400 personas). La posibilidad de ofrecer un aforo de 1.000-1.200 plazas, ha propiciado un inducido, una «entrada» en León de más de dos millones de euros, contando solamente los capítulos de alojamiento y manutención, comercio aparte. Ya sé que sería «ideal» tener tres aeropuertos más, decenas de castillos como en Babiera o la ruta del Loira y un gran Palacio de Congresos para cinco mil personas. Pero eso es lo que hay. ¿Dónde pretende albergar, si no es en el auditorio Ciudad de León, un congresos para mil personas, como ya se han celebrado? Por cierto, recuerdo a la nueva concejala que durante el mes de julio, por segundo año consecutivo, León se situó a la cabeza de la comunidad en número de turistas. ¿Tendrán algo que ver los doscientos cuarenta y dos viajes promocionales que hizo la concejalía que tuve el honor de dirigir? En relación con las fiestas, deseo sinceramente que a partir de ahora sean, efectivamente, más «participativas».