Cuanto antes

MÁS DE 600.000 alumnos aprenderán este curso a enfrentarse con las drogas. Los párvulos, a los que hace sólo un par de generaciones se les decía que «el niño bien educado no escupirá en la sopera», serán puntualmente informados de los peligros de la drogadicción. A partir de los tres años de edad, que aún no es edad, sus abnegados maestros empezarán a hablarles de misteriosas sustancias de efectos narcóticos o alucinógenos, estimulantes o depresivos, que consumen los mayores en la misma medida en que ellos se van consumiendo. La verdad es que hemos hecho una sociedad rara. El virus Sobig F infecta en dos días más de 200.000 ordenadores en España. En el Reino Unido se prueba el valor analgésico de la marihuana en postoperatorios y en los Estados Unidos, que se dice que es el país más libre del mundo, es donde hay más presos: uno de cada 37 adultos está o ha estado en la cárcel. Los periódicos de Londres hablan del primer niño nacido gracias al esperma comprado a través de Internet, al mismo tiempo que alertan de que las 'webs' de pornografía infantil se han duplicado. Pese a esas cosas, no todo es horrible en esta sociedad convulsa. El primer paciente con un trasplante de lengua ha recibido el alta hospitalaria en Viena, la Nasa afronta el lanzamiento del último de sus grandes telescopios y los científicos descubren que nuestra especie perdió el pelo corporal hace 1,2 millones de años. ¿Somos ahora cultos monos desnudos? En cualquier caso está bien haber perdido el suéter natural de nuestros antepasados primates. No podríamos aguantarlo, con el calor que está haciendo. Se trata de conseguir que los que vengan detrás sean mejores que nosotros. Por eso la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción quiere educarlos desde chiquititos. Para que no crean que hay forma de evadirse, ni de soslayar lo que Ciorán, que no era precisamente la alegría de la huerta, llamó