Diario de León

TRIBUNA

El pacto de León y sus consecuencias

Publicado por
EDUARDO GUTIÉRREZ SUÁREZ
León

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LLEGARON LOS NUEVOS al ayuntamiento, los del pacto, pacto sobre el que los vecinos de León, como interesados directos y víctimas pasivas de lo sucedido, siguen preguntándose en qué consisten las prebendas repartidas. Al igual que el sentido común de los demócratas de la provincia, de la comunidad autónoma e incluso de estado español, a pesar de que los medios de información local y provincial se han limitado a dar pábulo a los fariseos, algo que, por cierto, es una constante desde que el secretario general de los socialista fue nombrado. A saber que les han ofrecido a estos fabricantes de ríos de tinta y palabrería mediática si el asalto a la Moncloa les sale bien. ¿Alguna Secretaría de Estado en materia de filtros y censura? Vaya usted a saber, cualquier cosa. Por cierto, es algo que cada vez está más lejos de la realidad, dado el creciente nivel de zalamería y palabrería sin contenidos de los miembros de la nueva planicie socialista que, faltos de alternativas e imaginación, no vencen ni convencen a nadie, ni a la familia, a pesar de ponerle música celestial a la demagogia. En León, entre triquiñuelas, zancadillas y traiciones, haciendo caso omiso de la voluntad popular, algo que forma parte de su estilo y condición, y deslegitimando a los ganadores en la urnas sin considerar para nada los resultados, los perdedores desembarcaron en el ayuntamiento, los de los pactos de los pastos, con sus hábitos y costumbres, metiendo mucho ruido, como un elefante en una cacharrería, como en una cacería. A pillar cacho. Sin duda debió ser muy fuerte el alegrón para sus vanidades y ambiciones ocultas, pero se les ha visto el plumero, convirtiendo la casa consistorial en un templo de presunción y soberbia. Nada más lejos de la demanda ciudadana. La única gestión reseñable, aparte del alegrón de dar gusto a sus vanidades y ambiciones convirtiendo el ayuntamiento en un templo de presunción y soberbia a su servicio, ha sido empezar a repartirse la tarta, con sueldos millonarios para todos, sobre todo para la mayoría, que nunca las habían visto tan gordas y a tan bajo precio, sin riesgos ni inversiones. Dedicaciones exclusivas hasta para el gato o el florero municipal, que de la noche a la mañana se despiertan con que entre sueldos de medio millón de pesetas, comisiones de gobierno y comisiones de área (como a estos les gusta llamar, áreas...), plenos y demás laberintos y rompecabezas con primas y bonificaciones..., con lo que superan y con creces el millón de pesetas al mes. Y por lo general sólo por asistir a levantar la mano en agasajos de lealtad al más gallo del torpe gallinero. Los mejor situados en aquellas concejalías con mas potencial pueden duplicar o triplicar estas cifras. Más cargos, consejeros en múltiples y diversas empresas, desarrollo de proyectos -proyectos que tendrán que encargar a personal cualificado, pues para proyectar algo hay que saber-; y cuando las concejalías tengan partidas presupuestarias propias que gestionar, que serán la mayoría para tener al gallinero contento, pues a saber hasta donde llega la ambición. Se pierde uno en el recuento de partidas que engorden sus retribuciones, honorarios y beneficios mensuales. Otro buena medida y actitud a destacar ha sido dar satisfacción a su ego, foto y cartel a todas horas y presumir; desvirtuar a los que echaron, pero como suele ser habitual entre los de este pacto, ni argumentos ni contenidos de peso, sin proyectos ni programa político, tal y como lo demostraron en la campaña electoral, a no ser media docena de tópicos sin solidez alguna para reforzar su autoestima y convencernos más allá de sus allegados e incondicionales, que seguramente buscarán con avidez algo que tener que agradecerles de por vida. La falta de ideas pretenden suplirla con la colaboración de las asociaciones ciudadanas de diferentes materias, sindicatos y demás moscones, que pretenden maquillar e integrar desde una comisión de participación ciudadana que les ayude a paliar sus precariedades y carencias para la gestión, algo que ,al igual que el pacto no sabemos, y seguramente nunca lo sabremos, cuál será el precio de estos nuevos colaboradores. En definitiva la ignorancia y la ambición encarecen la gestión municipal, y todavía sin objetivos claros a la vista. Esperemos que al menos terminen los proyectos que la anterior legislatura dejó sin finalizar y no entorpezcan para nada su desarrollo. Poco futuro se vislumbra. Hasta el momento sólo el del banquete del reparto y muchas palabras huecas. En breve Zapatero se reúne con su incondicional y sumiso, el nuevo alcalde de León, con viaje posterior a Villablino, seguramente para disfrutar y recordar de las mieles de aquel otro pacto y romance, el de las mantecadas de Astorga, que hace más de una década dejó obsoleto y caduco al socialismo leonés, si bien en esta ocasión el triángulo quizás se cierre con la compañía del capitán araña de la UPL, para preparar su desembarco en Madrid. El ramo de flores lo pone el leonesista cuando asevera que Rodríguez Zapatero traerá la lotería a León. Pero, ¿qué ocurrirá si el asalto a la Moncloa, como les gusta decir a los socialistas, se queda en nada?

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