Zapatero y la cobardía de Aznar

CÓMO SE TIENE que haber visto José Luis Rodríguez Zapatero para hablar de «cobardía política y personal» de José María Aznar. El líder socialista siempre se ha caracterizado por medir muy bien sus palabras y por no decir una palabra más alta que otra, algo que también siempre se le ha reprochado desde los sectores más cañeros de su partido y de la izquierda en general. Aquel discurso de los féretros acabó con su paciencia, y no digo si eso es bueno o malo, y Rodríguez Zapatero comenzó a decir al presidente del Gobierno todo lo que sentía sobre él. Lo de la cobardía es ahora una respuesta a la nueva negativa de José María Aznar a comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar lo que pasa en Irak y el papel allí de nuestras Fuerzas Armadas, cuando la situación es cada vez más dramática y cuando, por tanto, más peligro se corre de que a muchos de nuestros militarse les ocurra lo que a tantos norteamericanos y británicos que, efectivamente, tienen que volver en féretro a su casa. Los ataques iraquíes en la zona española del conflicto hacen temer lo peor. Y lo peor es que muera algún o algunos soldados españoles, pero de los destinados estrictamente en las fuerzas de ocupación, no como el caso del capitán de navío que acabamos de llorar todos y que trabajaba con Naciones Unidas. Aunque Aznar se haya comportado como lo ha hecho y haya ficho todas esas cosas que ha dicho, y que aquí han sido criticadas e incluso descalificadas, a mí no me gusta que se hable de cobardía ni política ni personal. La cosa tendría arreglo si José María Aznar accede a retirar lo de los féretros y a comparecer dentro de unos días en el Parlamento, momento en el que tendríamos que pedir a Zapatero que se desdijera de lo de la cobardía o incluso él mismo lo haría sin que se lo pidiera nadie. Lo que no tiene sentido es ofenderse mucho ahora con él, como han hecho en el Partido Popular, y callarse ante todo lo expelido por Aznar. Lo de Irak es lo bastante grave y preocupante como para dejarse de historias semánticas y coger el toro por los cuernos: comparecencia de Aznar y retirada inmediata de nuestros soldados del escenario de guerra.