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Publicado por
ANTONIO PAPELL
León

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HOY, el Comité Territorial del PSOE, formado por los barones con mando en plaza y por los secretarios generales de las 18 federaciones socialistas, aprobará en Santillana del Mar una resolución sobre política autonómica, que contiene los elementos ya incluidos en un borrador divulgado hace unas semanas: reforma del Senado, presencia de las comunidades autónomas en las instituciones de la UE y mejora de los mecanismos de coordinación entre el Estado y las autonomías, incluida una conferencia de presidentes que se reuniría anualmente. Además, se prevé la reforma de los estatutos de autonomía cuando haya razones fundadas para ello y se marcan pautas para que las autonomías, interrelacionadas entre sí y con los países vecinos con nuevas infraestructuras y más estrechas relaciones económicas, contribuyan a la vertebración de España y al progreso tecnológico y social. Previsiblemente, el documento será aprobado por unanimidad, a pesar de las reticencias expresadas por José Bono en los días pasados, y que parecen más encaminadas a segar la hierba bajo los pies de Rodríguez Zapatero que a desactivar la propuesta de la dirección federal. Parece ya evidente que la cuestión territorial, ciertamente enmarañada por la pervivencia de ETA y por la propuesta desaforada del lehendakari Ibarretxe, se convertirá en la estrella del debate político hasta las elecciones generales de marzo. Por añadidura, la confrontación se ha agravado por el hecho de que el PSOE se niegue a hacer frente común con el PP contra la propuesta Ibarretxe, a pesar de que el rechazo de este partido al desafuero soberanista es inequívoco y sin la menor fisura. Probablemente, los períodos preelectorales son los menos indicados para efectuar propuestas reformadoras y para procurar los consensos que éstas requieren cuando afectan a aspectos sustantivos del Estado. Sin embargo, la inminencia de las elecciones catalanas obliga a pronunciamientos sobre la cuestión autonómica, toda vez que dicha comunidad se encuentra en un momento crítico: la retirada de Pujol da paso en CiU a una generación que abraza un nacionalismo más inflamado que la precedente, Ezquerra Republicana ha demostrado en las elecciones municipales que está en ascenso y todas las fuerzas políticas catalanas salvo el PP coinciden en apreciar, en distinto grado, la conveniencia de reformar el marco estatutario. No parece que, frente a esta situación, el inmovilismo sea la respuesta más adecuada. Nuestro régimen es muy sólido y ninguna insensatez podría ya debilitarlo. Sin embargo, no está de más poner de manifiesto que debatir frívolamente y con puros afanes electoralistas sobre el modelo de organización del Estado no contribuye a fortalecerlo, ni a entusiasmar a una ciudadanía que no siente gran aprecio por su clase política. Este asunto requeriría un debate sereno y sin prejuicios, con altura intelectual y lejos por tanto de los tópicos y del diálogo a gritos a través de los medios de comunicación. Si ahora no se produce, no habrá más que remedio que aplazarlo hasta después de las elecciones de marzo.