LA VELETA
Bicefalia en el PP
EL DEDO de Aznar ha despejado ya la incógnita de su sucesión. Se trata obviamente de una sucesión restringida, pues Marfiano Rajoy sólo será candidato popular a la presidencia del Gobierno. Hasta que las urnas expresen su parecer en marzo, el PP vivirá una cierta bicefalia, ya que Aznar, en buena lógica, seguirá presidiendo tanto el partido como el Gobierno. Y para una cesión, después de marzo, de la presidencia del partido, el PP debería celebrar un nuevo congreso, ordinario o extraordinario. Se reforzaron las murallas del gran secreto de Aznar, como si se pretendiera evitar filtraciones, cuando la única filtración absolutamente valiosa procedería de quien no va a realizarla, Aznar mismo. En el PP han reaparecido las sonrisas ante la inminente disipación de una prolongada incertidumbre. Y en el semblante de los ministros, incluído el del vicepresidente Rajoy, podía observarse, tras el consejo de Gabinete, una euforia contenida y hasta enigmática, como la de quienes se hallan al fin en posesión de la clave. Habría decidido el presidente del Gobierno desvelar con algunos días de anticipación el nombre de su sucesor electoral para no prolongar más tiempo la incertidumbre y contrarrestar el efecto político del concilio que celebró el PSOE en Santillana del Mar. Aznar intentaría que su gran adversario político no monopolizase informativamente la coincidencia de su diversidad en un proyecto de desarrollo avanzado del Estado de las autonomías. Sea como sea, el PP va a disponer el martes próximo de un candidato a la Presidencia del Gobierno, y ello le permitirá lanzarse sin titubeos a la campaña electoral. El presidente podrá tutelar la ejecutoria de su sucesor, cuyos márgenes de libertad decisoria no podrían traspasar los límites fijados por su partido ni desviarse de las directrices generales marcadas recientemente por Aznar. A cambio, el sucesor recibe una herencia apetecible, de la que el presidente enumeraba en Quintanilla de Onésimo sus activos, desde la creación de empleo a la bajada de impuestos, pasando por lo que desata cierta controversia, como es «la culminación del modelo constitucional del Estado de las autonomías», o ninguna oposición, como los éxitos en la lucha antiterrorista.