EN EL FILO
Minicrisis medicinal
RODRIGO RATO presidirá el consejo de ministros durante las ausencias de Aznar e intentará demostrar en esa tarea lo buen presidente del Gobierno que hubiera podido ser. En la remodelación del gabinete anunciada el miércoles, Rato recibió el premio de la reafirmada confianza de Aznar, lo que podría aliviar esa cierta desilusión que admitía por haber perdido ante Rajoy en los últimos metros la carrera presidencial. De aquí marzo será Rato el número dos del ejecutivo del PP. Ha hecho Aznar un reajuste orientado en cierto modo a suavizar algunas decepciones causadas por la apertura de su testamente político. Pero si Rato se ha dejado gratificar, aceptando su salto nada espectacular de vicepresidente segundo a primero y viendo a un hombre de su órbita, Juan Costa, elevado a ministro de Ciencia y Tecnología, vacante por la salida de Josep Piqué, quien marcha a Cataluña para ejercitarse en un suave catalanismo electoral, Mayor Oreja, en cambio, no parece haber admitido ningún consuelo, y no tanto porque el dedo de Aznar no le hubiera señalado como por algunas desatenciones, más bien supuestas, que el presidente le habría dedicado últimamente, en vísperas de la gran decisión. Los políticos son a veces muy susceptibles, especialmente en situaciones de extrema competitividad, como la que se ha venido desarrollando, con admirable discreción por otra parte, en el delfinario sucesorio. El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana ocupará la Portavocía del Gobierno como la voz aclaratoria u oscurecedora de Aznar, que tal es la misión de los portavoces políticos. Si Rato podría sentirse en cierto modo halagado por el reajuste ministerial, Rajoy se ve ostensiblemente respaldado por Aznar, pues la nueva ministra de Administraciones Públicas, Julia García Valdecasas, hasta ahora delegada del Gobierno en Cataluña, mantiene con el nuevo y flamante líder del PP gran sintonía política, alcanzada mientas Rajoy, ministro de Interior, apoyaba la estrategia policial. Zaplana es persona políticamente cercana a Rajoy. Este reajuste ministerial, más amplio del que se presumía, viene a señalar el exquisito cuidado con que en el PP van a tomarse a partir de ahora las decisiones internas, algunas de la cuales afectan también al Gobierno, como demuestra esta remodelación, orientada en su relativa amplitud a suavizar cualquier efecto negativo que pudiera causar, o habría causado, en el partido el final de la sucesión. De acuerdo a la medicina preventiva, Aznar ha decidido un reajuste medicinal.