El berrinche

ES DE suponer que, incluso antes de que este artículo vea la luz, el señor Zapatero, hombre mesurado por lo demás, haya meditado sobre su berrinche y restablezca la situación a donde antes se encontraba. Decir, sin que nadie se explique muy bien cuáles son las razones concretas, que el PSOE está dispuesto a romper el pacto con el PP por la justicia, que es uno de los grandes activos en la trayectoria del secretario general del PSOE como líder de la oposición, me parece un auténtico error político, y sin duda algunos de los buenos asesores (que ojalá contrarresten a los malos) con los que cuenta ya se lo habrán hecho notar. Puede que haya incumplimientos, puede que el PP no lleve las cosas tan lejos como los socialistas (y buena parte de los españoles) pretenden, puede que la Justicia siga siendo lenta, desigual para ricos y pobres, cara, arbitraria, ineficaz... es precisamente por todo eso por lo que necesitamos un pacto global, en el que se integren todos los firmantes posibles, para reformarla. Mal puede prometer que negociará con los sindicatos, con los nacionalismos, con los poderes fácticos de todo orden, quien, a las primeras de cambio y sin siquiera explicarnos bien por qué, tira la toalla del pacto más importante, junto con el antiterrorista, al que han llegado hasta ahora las dos principales fuerzas políticas. De Zapatero, ya digo, esperábamos otro talante. La verdad es que de Aznar, no. La respuesta de Aznar al desplante de Zapatero es inadecuada, inflexible, desafiante. Y era de esperar. Aznar utiliza en los últimos tiempos un lenguaje guerrero a la hora de referirse a la oposición, a los nacionalistas, a quien no comparte sus puntos de vista, que no se compadece con su indudable talla de estadista ni con el liderazgo que todos le reconocen. Responder a la provocación del «rompo el pacto» lanzada por Zapatero con un «pues rómpalo», no es bueno ni para el Gobierno, ni para la oposición ni para ninguno de los españoles, que confiábamos en este pacto para la imprescindible mejora de nuestra maquinaria judicial.