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Publicado por
LORENZO BERNALDO DE QUIRÓS
León

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LOS ESBOZOS del programa económico del PSOE sugieren un claro intento de tranquilizar a las clases medias españolas y restaurar su imagen de partido moderado muy quebrantada a raíz de su actuación contra la guerra de Irak y sus extravagantes propuestas autonómicas. Desde una perspectiva general, la vuelta de los socialistas a una línea socialdemócrata más renovada es un dato positivo que contribuye a centrar la política española y a plantear una alternativa de gobierno sensata. En la práctica, Zapatero y su equipo han elaborado una línea de actuación económica no muy distinta, en sus grandes rasgos, a la del PP. En el plano macroeconómico, el PSOE es partidario de utilizar el presupuesto como arma contra cíclica, gastando más cuando la economía va mal y ahorrando cuando va bien. Esto supone abandonar la estrategia de déficit cero aplicada por el Gobierno y que ha sido uno de los factores determinantes del largo ciclo expansivo protagonizado por España desde 1996. En el plano fiscal, los socialistas quieren mantener la carga fiscal, lo que supone renunciar a subir los impuestos. Sin embargo, sus propuestas en este campo son todavía desconocidas y algunas, como el tipo único del IRPF, son de difícil concreción. Los puntos más novedosos del programa socialista son su apuesta por una mayor liberalización de los mercados, por una firme apuesta por la competencia. Sus acusaciones contra el intervencionismo del Gobierno en las empresas están en parte justificadas y constituyen uno de los puntos flacos de la actual política de los populares. Sin embargo, sus críticas a la concentración económica en algunos sectores (energía, banca, etcétera) no tienen en cuenta que algunos de esos procesos han sido originados por la competencia misma, por razones de eficiencia. Aunque es de agradecer el esfuerzo moderador del PSOE, es poco probable que sus propuestas económicas tengan un impacto perceptible sobre el voto. Hasta el momento, la credibilidad gubernamental en el campo de lo económico es muy superior y no parece que las tesis socialistas logren en el corto plazo borrar su imagen de partido radical, sin rumbo y sin un liderazgo claro.