Diario de León

EN BLANCO

El lichamiento de Dolores Vázquez

Publicado por
ESTHER ESTEBAN
León

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LA DETENCIÓN del británico Tony A. King y su posterior confesión declarándose asesino de la jóvenes Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes ha centrado la atención informativa de los últimos días y llenado de indignación y rabia a la opinión pública española. El esclarecimiento de estos horribles crímenes, además de suponer un respiro para los vecinos de los pueblos donde residían ambas muchachas, debe ser motivo de reflexión, sobre todo teniendo en cuenta que por el primero de los asesinatos una mujer, Dolores Vázquez, ha pasado 17 meses en prisión y un autentico calvario de linchamiento social. Independientemente de lo que, por ultimo, determinen las investigaciones, la historia esta plagada de errores judiciales en los que inocentes han pagado por crímenes que no cometieron, lo cual siempre pone en evidencia la parte vulnerable de un sistema. En el caso de Dolores, primero fue juzgada por un jurado popular que la condenó a quince años de prisión, juicio que fue suspendido posteriormente tras demostrarse que el jurado pudo haberse dejado llevar por la presión social del momento. Durante todo este tiempo su abogado defensor no sólo ha hablado de quebrantamiento de las garantías procesales, sino que ha defendido la inocencia de su representada y en múltiples ocasiones se ha referido al linchamiento moral de esta mujer que ha sido insultada, escupida y amenazada por sus propios vecinos. Ahora, si finalmente se demuestra que es inocente, muchos tendrán que bajar la mirada a su paso y pocos serán los que la pidan perdón por el agravio. Es normal la indignación frente a hechos injustificables, es normal la impotencia de los familiares, amigos y vecinos ante estos terribles asesinatos, pero este caso deja muchas incógnitas sobre la actitud de todos. Hay una tendencia natural en el ser humano a tomarse la justicia por su mano, una especie de regusto por llevar a sus últimas consecuencias el ojo por ojo, diente por diente, y al final hechos como estos terminan por sonrojarte.

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