Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Relevo en Mansilla

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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LA CORPORACIÓN municipal de Mansilla de las Mulas está convocada hoy a esa lorquiana hora de las cinco de la tarde. No hay corrida, pero sí se espera una faena de aliño. Celebra pleno para elegir al nuevo corregidor de la villa. No es un pleno de investidura, ni tampoco de moción de censura. Se trata de designar al que deberá gobernar la localidad tras la renuncia de José Ramón Tuero. No se ha ido del todo -continúa como edil- y ya le echan de menos. Tuero fue un magnífico alcalde. Se ha marchado por enaneces pueblerinas. Le cortaron el oxígeno de vida, esto es: el sueldo, y ha anidado en otras latitudes. Jamás Mansilla de las Mulas podrá contar con un corregidor a «full time» por menos dinero: no llegaba a treinta mil duros mensuales. Item más: aguantando el chequeo de cualquier inspección. Se va con la cuenta al mismo bajo nivel que llegó. Todavía no se ha celebrado el pleno del relevo, y los vecinos ya lamentan su adiós. Fue legítima la decisión corporativa, pero también mezquina, sobre todo cuando se han conocido posteriores actuaciones. El que ayudó a cerrar el grifo, cobra de Caja España y de la Mancomunidad. Recordemos el prólogo: la corporación municipal de Mansilla de las Mulas, con nueve concejales, tiene la siguiente composición: cuatro ediles socialistas -lista más votada, a 60 papeletas de la mayoría absoluta-, otros cuatro populares y un leonesista. No fue posible un acuerdo de gobierno con Tuero, al que yugularon económicamente, y sospecho que tampoco lo van a alcanzar hoy. El que mantiene la sartén por el mango es el concejal leonesista Fernando Ferreras. Las urnas sólo le entregaron el 13% de las representaciones, pero hoy puede cambiar las voluntades de los mansilleses. Su voto es decisivo. Como lo fue para el adiós de Tuero. Los socialistas presentan a Camino Alonso, mujer de talento y profesional cualificada. Es veterinaria. Iba de número tres en el listado municipal. Previamente deberá renunciar la número dos, María Luisa Marcos. Se da por hecho. En el otro bando aspira a ser corregidora Mª Paz Martínez García, a la que definen en Mansilla como «Mariguerra». Es cunera -se empadronó en la villa jacobea dos días antes de las elecciones-, pero peleona. En la lista popular no la quieren ver ni en pintura, salvo el edil Antonio Pescador. Y según apuntes de trastienda, no está dispuesta a dejar vía libre al número dos, Luis Robles, al que no dudaría en apoyar el concejal leonesista. Salga el sol por las choperas del Esla, proyecte una sombra oblicua la torre de San Martín, o canten gregoriano en el Monasterio de Sandoval, hagan lo que hagan, el edil Fernando Ferreras tiene en su mano la gobernabilidad de Mansilla de las Mulas. Ha afirmado que la sucesora de Tuero tiene poco peso. Sin duda: está mucho más delgada que Mª Paz Martínez. Ferreras no fue consecuente antes con José Ramón Tuero y dudo mucho que lo pueda ser ahora. deberá gobernar la localidad tras la renuncia de José Ramón Tuero. No se ha ido del todo --continúa como edil-- y ya le echan de menos. Tuero fue un magnífico alcalde. Se ha marchado por enaneces pueblerinas. Le cortaron el oxígeno de vida, esto es: el sueldo, y ha anidado en otras latitudes. Jamás Mansilla de las Mulas podrá contar con un corregidor a «full time» por menos dinero: no llegaba a treinta mil duros mensuales. Item más: aguantando el chequeo de cualquier inspección. Se va con la cuenta al mismo bajo nivel que llegó. Todavía no se ha celebrado el pleno del relevo, y los vecinos ya lamentan su adiós. Fue legítima la decisión corporativa, pero también mezquina, sobre todo cuando se han conocido posteriores actuaciones. El que ayudó a cerrar el grifo, cobra de Caja España y de la Mancomunidad. Recordemos el prólogo: la corporación municipal de Mansilla de las Mulas, con nueve concejales, tiene la siguiente composición: cuatro ediles socialistas --lista más votada, a 60 papeletas de la mayoría absoluta--, otros cuatro populares y un leonesista. No fue posible un acuerdo de gobierno con Tuero, al que yugularon económicamente, y sospecho que tampoco lo van a alcanzar hoy. El que mantiene la sartén por el mango es el concejal leonesista Fernando Ferreras. Las urnas sólo le entregaron el 13% de las representaciones, pero hoy puede cambiar las voluntades de los mansilleses. Su voto es decisivo. Como lo fue para el adiós de Tuero. Los socialistas presentan a Camino Alonso, mujer de talento y profesional cualificada. Es veterinaria. Iba de número tres en el listado municipal. Previamente deberá renunciar la número dos, María Luisa Marcos. Se da por hecho. En el otro bando aspira a ser corregidora Mª Paz Martínez García, a la que definen en Mansilla como «Mariguerra». Es cunera --se empadronó en la villa jacobea dos días antes de las elecciones--, pero peleona. En la lista popular no la quieren ver ni en pintura, salvo el edil Antonio Pescador. Y según apuntes de trastienda, no está dispuesta a dejar vía libre al número dos, Luis Robles, al que no dudaría en apoyar el concejal leonesista. Salga el sol por las choperas del Esla, proyecte una sombra oblicua la torre de San Martín, o canten gregoriano en el Monasterio de Sandoval, hagan lo que hagan, el edil Fernando Ferreras tiene en su mano la gobernabilidad de Mansilla de las Mulas. Ha afirmado que la sucesora de Tuero tiene poco peso. Sin duda: está mucho más delgada que Mª Paz Martínez. Ferreras no fue consecuente antes con José Ramón Tuero y dudo mucho que lo pueda ser ahora. 1397124194

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