Presupuestos 2004

JUAN Vicente Herrera ha presentado en sociedad el proyecto de Presupuestos para el ejercicio 2004 de Castilla y León. Antes de mediados de mes entrarán en la Cámara de Fuensaldaña para ser diseccionados antes de que concluya el año. Unos Presupuestos que crecerán casi un 7,5%. El presidente de la Junta los ha definido como «sociales, solidarios e inversores». He leído con detenimiento las informaciones y en todas cuadra que suben los gastos sociales e inversiones, y descienden los impuestos. Ya sé, ya, que soy lego en la materia. Quizá por ello no lo entiendo. O multiplican los euros hasta los 8.000 millones, alcanzando cifras inaccesibles en la última década, o repiten el milagro de los panes y de los peces, o no sé de qué chistera sacarán el conejo del déficit cero. Si crecen los gastos y disminuyen los ingresos ­-esto es: los impuestos- no es posible el equilibrio presupuestario. Me dicen que el equilibrio presupuestario es una teoría de contables. Ahí me pierdo. Sólo entiendo el déficit cero en una economía directa. En la mía, por ejemplo: sé que no puedo gastar más de lo que me pagan. En el Estado, en las comunidades autónomas, en diputaciones y ayuntamientos, sin embargo, es imposible gobernar con déficit cero. Esa aspiración sólo es voluntarista.  Me hablan de remanentes y otras historias. ¿Y de la riada que arrastra puentes, ahoga cosechas; de los incendios que transforman en ceniza bosques de pinos o robledales, de arquitecturas patrimoniales que agrietan su vejez y abandono? ¿Estaríamos entonces ante un choque brutal con los publicistas del sistema? ¿O es la sublimación de la teoría del caos, de los conjuntos borrosos y de otras investigaciones económicas con etiqueta de futuro? Uno de los apartados más jaleados es el de sanidad. Bueno, yo soy de los que creen que la salud es tambié para gastarla. Eso significará que se ha disfrutado, no que has esclavizado tus décadas para lograr unas raíces más sanas. La teoría del anónimo vale para el caso: el optimista espera que sople el viento; el pesimista se queja de que no hay viento; y el realista ajusta las velas y se pone a navegar. Y yo quiero navegar, aún a riesgo de perecer en la travesía. Lo importante de un barco no es navegar, sino que te lleve a puerto. Es lo que ha hecho el gra n buque del PP: llevar a puerto de Caja Madrid a su secretario general, Ricardo Romero de Tejada. Ha sido elegido consejero con los votos del PP y, también hay que decirlo, con algunos de IU y CC.OO. El dinero carece de ideologías ¿Qué secretos maneja este amnésico para que obtenga en compensación premios, premios y más premios? La conspiración en la asamblea de Madrid, con las fugas de Tamayo y Sáez, cada vez está más claro que se fraguó en el despacho de Romer de Tejada. Mantener su boca cerrada tiene premio: sentarse en el consejo de administración de Caja Madrid y en otros que vayan cayendo ¿Es la lección que nos iban a dar? 1397124194