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DESDE LA CORTE

No busquéis tres pies al Rato

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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QUE Rajoy ha sido un acierto, no lo duda ni Zapatero. Que está bien situado ante las elecciones, lo apuntan todas las encuestas. Como diría un castizo, «está que se sale». Y que en su partido hay gran satisfacción con su nombre y su trabajo, se puede medir por los aplausos que recibe en los actos públicos. Sólo queda una mínima duda en los lugares donde se aplica el microscopio a la vida pública: cómo lleva Rodrigo Rato su «derrota» en las preferencias de Aznar y hasta qué punto su desencanto hará variar su papel en la vida del partido y del gobierno. La pasada semana hubo un susto. Fue cuando el Banco de España avisó del riesgo de pinchazo de la burbuja inmobiliaria y Rato salió a escena a decir que había responsabilidades políticas en el precio que alcanzó la vivienda. Era una de las escasísimas veces que un miembro de un gobierno Aznar se aproximaba al reconocimiento de un fallo de gestión. Era, desde luego, la primera vez que un ministro aceptaba la hipótesis de la responsabilidad política. ¿Desde cuándo un miembro del equipo triunfante del «España va bien» se permite el lujo de la autocrítica? Los peor pensados dijeron: ya estalló la disensión; he aquí la primera tarjeta de visita que el autor de los éxitos económicos le pasa a Mariano Rajoy, como avisándole: «a ver cómo toreas, Mariano, ese toro que te pongo en el redondel; di tú ahora que no hay responsabilidades políticas». Un pequeño escalofrío recorrió las zonas más sensibles del Partido Popular. Pero todo duró el tiempo de un destello. A las pocas horas, don Rodrigo ya estaba diciendo lo que dice la doctrina oficial que él mismo seguramente inspiró y dictó a los demás ministros: que los precios de la vivienda suben por la más elemental ley del mercado, que es la abundancia de demanda. Y ayer, el señor Rato tendió definitivamente puentes de concordia y de futuro con Rajoy: «Estoy -declaró al diario económico «Cinco Días»-y estaré disponible para el PP y para Mariano Rajoy». Fin de las emociones y de las especulaciones. Hasta se podría hacer un pareado: «Por lo que respecta a Rato, / no busquéis tres pies al gato». Con lo cual, se cierra otro punto del capítulo de la sucesión: con Mayor Oreja con mucho trabajo en la Euskadi de Ibarretxe, y con un Rodrigo Rato en disposición de ayudar y de ser llamado, parece que ya no quedan heridas. Y, si los poderes económicos están pidiendo para el futuro que se mantenga la línea económica seguida hasta ahora, se dan las condiciones teóricas. Ahora sólo falta saber si Rajoy tiene las mismas ganas de llamar que Rato las de ser llamado.