San Froilán y el medievo

YA SE PASÓ San Froilán, y este año con celebración doble, porque el mismo día fue gran fiesta, que se alargó al siguiente como si se nos hubiera quedado corto. Y eso que, por ser domingo, se hizo notar más el gentío, ya que de los pueblos y también del otro lado del Pajares fueron muchos los visitantes que no quisieron perderse la romería en La Virgen. El sol también ayudó animando al personal, aunque el frío viento -nada raro en esta zona- sirviera para recordar que el invierno acecha por «san Friolán», como acertadamente le bautizó Juárez en esta misma página. Pues bien, al ser domingo se dio mayor importancia a la fiesta y así en la capital se rivalizó en actos para atraer gente. La feria de la cerámica y el mercadillo medieval concitaron a miles de personas que colapsaban, respectivamente, las plazas de Regla y de San Marcelo. Con independencia de la idoneidad del lugar y la fecha (creo que no debería hacerse nada para contrarrestar la afluencia a La Virgen del Camino, a pesar de los atascos), considero que el mercado medieval tiene mejor escenario en la vieja plaza del Grano. Marco incomparable, tal vez el único lugar donde todavía se puede respirar un ambiente tradicional. Por eso, después de que el primer mercado medieval se celebrara allí no entiendo que se cambiara el emplazamiento a la plaza de San Marcelo, que amén de menos sabor tiene también menor espacio y dado que el gentío que acude a estas concentraciones es grande no debe disuadírsele por las apreturas. Además en la plaza del Grano habría sitio para más vendedores y podrían tener cabida los leoneses, tal y como denunciaba uno de ellos el lunes en la página 6. Puestos a honrar al patrono de la diócesis leonesa, dejemos que La Virgen del Camino siga con la tradición y organicemos actos en la capital en otras fechas y si son medievales no se busquen marcos extramuros cuando pueden ser mejores los tradicionales, que pocas veces se usan.