Cerrar
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

SON MUCHO más dignos de admiración los que asisten a los mítines políticos que los oradores que intervienen en ellos. Los primeros muestran una gran paciencia y los segundos una escasa elocuencia. Saben que para enardecer a sus respectivos públicos se precisa una sola condición: que estén previamente enardecidos. Luego, basta con decir a voz en grito lo que desean oír cada uno de sus componentes, que por cierto es lo que han escuchado centenares de veces. Como se sabe, los tontos, después de Adán, están en mayoría. Aplaudirían con idéntico entusiasmo si se equivocaran de mitin y acudieran a uno del partido rival, pero en su disculpa debemos decir que la confusión es lógica: todos los que vociferan en lo alto de las tarimas hablan de las mismas cosas, entre ellas de la seguridad ciudadana y de la necesidad urgente de abaratar el precio de la vivienda. Tengo entendido que cuando los fogosos candidatos prometen solucionar esas cosas en un pispás, en caso de ser elegidos, las ovaciones alcanzan su plusmarca de decibelios. C ada partido tiene su estilo y su estrategia, aunque el de todos sea zaherir la estrategia y el estilo de los otros partidos. IU ha acusado al PSOE de realizar una campaña «triste y desganada», pero quizá no tenga razón. Rafael Simancas está diciendo cosas muy divertidas. Asegura por ejemplo que el PP pondrá peajes en la M-40 «y en los semáforos». Por su parte, el PP, que en mi opinión es el que muestra una táctica más plúmbea, quizá dándose cuenta de su pesadez, quiere evitar el «efecto cansancio». Lo más raro de la campaña electoral es que ningún frenético orador haya prometido pagar las deudas de los ciudadanos de la Comunidad madrileña, que en unión de los valencianos, catalanes y andaluces son los más entrampados de un país donde cada habitante debe 1.037 euros. Si alguien les ofreciera pagar la hipoteca de sus casas se los llevaba de calle. Y habría reventa de localidades para los mítines.

Cargando contenidos...