Diario de León

TRIBUNA

Ya lo veníamos anunciando

Publicado por
VICENTE MIRÓN VÁZQUEZ
León

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YA LO VENÍAMOS anunciando y no era difícil acertar. Ya veníamos diciendo a cuantos nos quisieran oír que la siniestralidad laboral en Castilla y León no sólo no disminuiría, sino que la tendencia era a aumentar. Y el acierto en este pronóstico no se debe a que, desde la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras tenga dotes adivinatorias que nos permitan predecir el futuro no, no es esto es mucho más sencillo, basta con hacer un seguimiento a la implantación de políticas de salud laboral en Castilla y León y se llega a la fatídica conclusión de que los trabajadores pagaremos en muchos casos con nuestras vidas tanto desaguisado. Y esto es así porque, por desgracia (cierto que no en todos los casos), el empresario todavía sigue pensando que la seguridad en el trabajo sólo es una traba para la productividad, a esto sólo le faltaba para agravar el problema la falta de compromiso de la administración autonómica. Y cuando hablamos de falta de compromiso nos estamos refiriendo a compromiso cierto, pues de poco vale que se abran mesas de negociación y se promuevan foros de debate si luego no se exige la aplicación de lo allí hablado y acordado. Por eso, mientras el Gobierno de la Junta de Castilla y León no rompa las amarras que le unen al empresariado, asuma su responsabilidad política en esta materia y la aplique con todas sus consecuencias, por muchas buenas intenciones que se proyecten y por muchas pésames (seguramente que sentidos) en los funerales de trabajadores, la situación no mejorará. Por eso hay que afrontar de forma urgente políticas tendentes dotar a los trabajadores/as de una mayor estabilidad en el trabajo, pues es sin duda la inestabilidad laboral uno de los mayores problemas a la hora de poner coto a la siniestralidad. Porque a un trabajador o trabajadora on un contrato en precario (no debemos olvidar que son una buena parte de los que se realizan) les hace sentirse inseguros lo que les vuelve tremendamente vulnerables y, además, difícilmente recurrirán a demandar ayuda y de esta situación se aprovechan algunos desalmados. Desde la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras de Castilla y León, en aras a la responsabilidad y en defensa de los trabajadores/as a los que representamos, hemos venido alcanzando acuerdos y firmado protocolos de colaboración con la Junta de Castilla y León y la Confederación de Empresarios. En los mismos se declaraban como fines a alcanzar: -La mejora de las condiciones de trabajo en materia de seguridad en todas las empresas de Castilla y León. -Colaborar con éstas en la mejora de la actividad preventiva. -Difundir los derechos de información, participación y consulta de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales.. -Obtener un mayor conocimiento de las situaciones reales que en materia preventiva se están generando en las pymes de nuestra comunidad. -Promover y fomentar el interés y la cooperación de todos los trabajadores y empresarios en la ejecución efectiva de la normativa clra sobre prevención de riesgos laborales. Para la consecución de los mismos se articulaba un programa de visitas a las empresas que, por supuesto, era de carácter paritario entre las partes firmantes, organizaciones empresariales y organizaciones sindicales, además de gratuito para las empresas y trabajadores participantes. Pues bien, a día de hoy, lo único constatable es que todo lo anterior se encuentra en vía muerta, debido a la desidia del empresario y a la falta de voluntad de la Administración autonómica, en cuanto al cumplimiento de lo acordado, dados los lazos y compromisos políticos que unen a las organizaciones empresariales y al partido que sustenta al Gobierno regional. Pero hasta aquí hemos llegado los trabajadores y trabajadoras de Castilla y León, ya no aguantamos más el chorreo de muertes, mientras escuchamos discursos a nuestros políticos cargados de populismo que no dejan de ser brindis al sol, pues a la vez que lanzan declaraciones de intenciones, sus hechos demuestran que realizan todo lo contrario, sirvan como ejemplo para ilustrar lo anterior las palabras del presidente Juan Vicente Herrera realizadas en relación con el penúltimo accidente mortal en la minería leonesa, en las mismas se decantaba por la creación de un empleo de calidad como fórmula para incrementar los actuales niveles de seguridad laboral. Pues bien, podemos a día de hoy observar cómo desde la administración todavía no se ha tomado ninguna medida contundente en este sentido, si no que ni siquiera hemos observado un mayor nivel de presión y una mayor dotación de recursos y se limita solamente a observar el goteo de siniestros con una apatía impropia de sus responsabilidades. Por consiguiente, hemos de exigir al Gobierno de nuestra comunidad que se involucre de manera decidida en la mejora de las condiciones de trabajo que garanticen la salud y la seguridad de los trabajadores, impidiendo los incumplimientos reiterados de la normativa sobre seguridad en el trabajo, y dotando a la Inspección de Trabajo de cuantas medidas técnicas y humanas necesite para poder realizar con el máximo rigor su labor y se aplique con determinación en la imposición de sanciones a quienes incumplan lo dispuesto en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Pues de poco vale que desde las organizaciones sindicales estemos empeñados en desterrar la siniestralidad del mapa laboral, si no contamos con el apoyo de las organizaciones patronales, y la administración autonómica sigue contemplando los incumplimientos de algunos desalmados, que mal se denominan empresarios, como algo normal y con lo que se puede convivir normalmente. Por eso desde aquí queremos lanzar un llamamiento a nuestros interlocutores en el diálogo social, patronal y Junta de Castilla y León, o se afanan en el cumplimiento de lo acordado y se dotan de todos los medios necesarios para prevenir esta lacra, o nosotros tomaremos las medidas que consideremos oportunas para poner fin a esta situación, pues ya se nos hace insoportable seguir hablando de implantación de nuevas políticas laborales, mientras nuestros compañeros y compañeras siguen muriendo en sus puestos de trabajo. Avisados quedan.

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