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Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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SI VENTURA Pérez Mariño se moviese por puras apetencias de poder, ahora mismo estaría al frente del Ayuntamiento de Vigo de una forma cómoda y tranquila. No tendría más que aceptar las condiciones de sus antiguos socios del BNG. Serían unas condiciones humillantes, pero él estaría tranquilamente al frente del Ayuntamiento. Como a Pérez Mariño no lo mueve el ansia de poder, y ha demostrado que sabe dimitir cuando le asquea una situación, adoptó la única decisión ética que podía adoptar: romper por lo sano. El Bloque, que hace magníficas gestiones municipales donde gobierna, en Vigo no supo qué es una coalición. Durante cuatro meses, no permitió que se reuniera una sola vez al gobierno municipal en pleno. Puesto a negar cosas a Pérez Mariño, le negó incluso una reducción de su propio sueldo de alcalde. Y después estalla el nombramiento de gerente de urbanismo. En el pacto PSOE-BNG está escrito que la concejalía de urbanismo corresponde a los socialistas. Sin embargo, el BNG pretende imponer que el gerente sea nacionalista. ¿Con qué fin? ¿Cómo puede ser el concejal de un partido, y el gerente de otro? ¿O pretendían tener un comisario político en esa concejalía? Si después de esto Pérez Mariño rompe la baraja, podrá haber cometido un error político. Puede condenar al PSdeG a perder alguna cuota de poder. Pero ha adoptado una decisión de dignidad. La cuestión es qué puede pasar ahora. Ventura no tiene por qué dimitir. Es más: somos muchos los que pensamos que alguna vez tiene que ganar la ética en los comportamientos públicos. Entre ellos, quizá estén esos vecinos de Vigo que ayer le gritaban: «Alcalde, no te vayas». Los demás partidos, sobre todo el PP, deben hacer posible la gobernación de la ciudad manteniendo sus opciones, pero no bloqueando las decisiones de la alcaldía. El ciudadano de Vigo no tiene por qué pagar los pecados políticos de una corporación. Y el PSOE debe ayudar a Pérez Mariño a mantener el pulso en busca de una dignificación de la alcaldía en una ciudad de tan mala suerte con sus gestores. Respecto al BNG, es difícil entender por qué ha funcionado tan mal en coalición en Vigo. ¿Es que temió que su apoyo al alcalde beneficiase al PSOE, como ocurrió en Lugo? Sería un temor legítimo, pero eso no justifica nada. Hoy se encuentra ante una decisión que se puede considerar histórica: si por un berrinche le entrega el poder al PP, la derecha que siempre ha combatido, se habrá terminado para muchos años su credibilidad. 1397124194