EL BALCÓN DEL PUEBLO
Alfredo Prada y Madrid
SE HAN apagado los altavoces políticos en Madrid. Llevaban funcionando a pleno volumen desde hace meses. Exactamente desde que Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez traicionaron a su partido e impidieron la investidura de Rafael Simancas como presidente de la Comunidad. Se han apagado los altavoces políticos y hoy le toca hablar al pueblo madrileño en las urnas. Los candidatos son los mismos del 25-M, con el añadido del tránsfuga Tamayo, indesmayable cínico capaz de pegar cartelones con el lema «Honradez Probada». Sólo le faltó completar el cartel con la gomina de Romero de Tejada. Todos temen una abstención alta. Hay desánimo y frustración. Lo ha plasmado el CIS al tomar el pulso sociológico a los ciudadanos de Madrid. Hoy lo sabremos. Quizá los madrileños se rebelen furiosos, como aquel 2 de mayo de 1808, contra las huestes napoleónicas, tal y como nos enseñaba de forma épica la Enciclopedia Álvarez. Los Daoiz y Velarde de antaño son hoy el Simancas y la Aguirre de turno. Se han apagado los altavoces políticos, pero quedan algunos ecos. Y uno de ellos todavía resuena en nuestra ciudad. Afecta al senador leonés y vicepresidente de la Cámara Alta, Alfredo Prada. Alguien filtró que, en el supuesto de triunfar Esperanza Aguirre, sería vicepresidente del gobierno autónomo y consejero de Interior. Quizá fue la propia candidata, con la que Alfredo Prada ha colaborado sin fisuras. Ha sido el redactor del tema estrella electoral: la seguridad ciudadana. El índice de criminalidad de Madrid no sólo es alarmante. Asusta. Y Alfredo Prada es el padre del proyecto que busca mejorar la eficacia policial. O quizá, no; quizá el filtro fue lavado y soplado en León. En el PP leonés se avecina una descomunal batalla política. El secretario regional, Alfonso Fernández Mañueco, ha publicitado que no hay crisis en el partido: ni en León, ni en El Bierzo. Niega la evidencia. La redalidad es otra. Está abierta la compuerta para situarse en las listas de las elecciones generales y, como siempre, hay más candidatos que puestos. Algunos pesos pesados del PP leonés se frotarían las manos si gana Esperanza Aguirre y mantiene su oferta ejecutiva a Alfredo Prada. Al enemigo que huye, puente de plata. En este nivel de ruindad hay que colocar la descastada insistencia en rebobinar el pasado. Un pasado de correajes. Alfredo Prada ni es fascista, ni intolerante, ni sectario. Una vez dije de él que sería de los pocos del PP leonés al que no me importaría darle las llaves de mi coche. Lo mantengo. Ha ejercido con dignidad su cargo y se ha ganado el sueldo como senador por León. Pero como político que es, Alfredo Prada tiene un sueño y una ambición. El político sin sueños y sin ambiciones lo mejor que puede hacer es dedicarse a otra actividad. La ambición y el sueño de Alfredo Prada es liderar la candidatura leonesa del PP al Congreso de los Diputados. Y luchará por conseguirlo. Que tomen nota sus rivales.