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LA VELETA

Euskadi en la hora de la política

Publicado por
CARLOS CARNICERO
León

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EL GOBIERNO ha apostado por la explotación electoral de su oposición al Plan Ibarretxe. Tanto el llamamiento del gobierno a la movilización de todos los españoles, como los gritos coreados de «España, España...», en el mitin de cierre de campaña del Partido Popular en Madrid, son una declaración añadida de que el asunto va a ser electoralmente rentable en el resto de España. Esta es una batalla por la hegemonía electoral en España aunque el precio pueda ser muy alto para el País Vasco. El solo hecho de que el gobierno haga un llamamiento sin consultar con sus socios socialistas del Pacto Antiterrorista es manifiestamente inequívoco de esa voluntad de explotación electoral. Sin embargo, la preocupante situación que se va dibujando, cada día, con más nitidez, en el País Vasco requiere de respuestas políticas que armen a los vascos no nacionalistas, junto con el resto de los españoles, contra los planes del Partido Nacionalista Vasco. En esos parámetros, una movilización general desde el resto de España contra el Plan Ibarretxe no hace sino alimentar el victimismo del PNV y el sentido de unidad nacional que con tanto éxito ha manejado siempre este partido vasco. En la simplificación mecánica de la política nacionalista, lo que ocurrió ayer tiene una sola lectura: el gobierno quiere echar a los españoles contra los vascos. No importan los matices, porque la utilización de esa capacidad simplificadora es ejemplar por parte del nacionalismo, que está especializado en la confusión entre los intereses de partido y los de todos los vascos, con esa capacidad uniformadora tan común a todos los nacionalismos. Es la hora de la política y de la fabricación de argumentos políticos que demuestre a los vascos, nacionalistas y no nacionalistas, que la mejor manera de progresar Euskadi y de desarrollar todas sus potencialidades en solidaridad con España. La política de amenazas con la aplicación de la ley es siempre el último cartucho porque en sus extremos no hay otra posibilidad de aplicarla que el ejercicio de la represión. No hay un solo caso en el mundo en el que los anhelos nacionalistas hayan terminado por la fuerza. Solo la inteligencia yla palabra puede convencer a la mayoría de los vascos de que pueden estar más cómodos siendo, además, españoles.

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