El destino, en las cenizas

LOS CELTAS encendían hogueras la víspera del 1º de noviembre. Era el final y el principio de un nuevo año y regresaban con sus rebaños a los establos para protegerlos del crudo invierno. Sobre las cenizas de las hogueras hacían ejercicios de adivinación, después de expiar a brujas y almas de difuntos. Por debajo del negocio de flores, quedan rescoldos en los magostos. Ahora no hay nada que adivinar en el cisco que preparan las llamas políticas y económicas, verdaderos hados del destino. Sólo hay que mirar a los presupuestos generales del Estado y de la Junta, a los tipos de interés de las hipotecas y al ir y venir de los políticos. El otro día, sin ir más lejos, anduvo por aquí la consejera de Cultura y Turismo. Se retrató con la pulchra en León, para terminar con maledicencias, y con el pueblo en Villanueva de Valdueza. Pero no manchó sus modelos impecables con el polvo de los edificios o restos arqueológicos que la Junta tiene olvidados en León. No preguntó por el monasterio de Sandoval, ni por aquella historia de la Legio VI que duerme bajo plásticos en Santa Marina. Traspasó la Muralla de León sin reparar en su abandono. Fue al Bierzo por autopista y autovía, aunque León ya tiene una espléndida carretera -por fin, en el XXI- para llegar a La Baña (lo vendió su compañero Silván), a falta de otro cacho hasta Puente de Domingo Flórez. Silvia Clemente se perdió una visita única: la arquitectura popular que conserva La Cabrera en pueblos como Villar del Monte, Truchillas, Iruela, Forna, Ambasaguas y el puerto del Carvajal, desde el que se divisan los palomares restaurados en Robledo de Losada. No disfrutó, como ayer los socialistas, de la subida al castillo de Alba, restos de las fortalezas más antiguas del reino de León que serán triturados en una cantera si la Junta no lo remedia. Hubiera necesitado botas y anorak. A la oposición parece que no le duelen prendas. ¿Que traje vestirán si gobiernan? No hay que fiarse de las apariencias, pero el alcalde Fernández ya ha sucumbido a las corbatas. Consultaré las cenizas.