El cuento de la lechera

LOS LOTEROS llaman al número 15 la niña bonita. Y a la niña bonita de los 15 años tendrán que esperar los vecinos de Villaobispo de las Regueras para que esté concluido el soterramiento de la Ronda Este, para que les toque la pedrea. El gordo les pasó de largo en el proyecto inicial de construcción de la Ronda. A los de Villaobispo y a los miles de universitarios que acuden a diario al campus de Vegazana, y a los trabajadores del complejo hospitalario, y a los que han contribuido a un crecimiento poblacional espectacular del municipio en los márgenes de la carretera de Santander. Llevan trece años de espera y las obras no han comenzado, pese a ser presupuestadas en dos ocasiones. La última en el verano del 2002, por importe de 4,1 millones de euros. Licitada, presupuestada y adjudicada. Dentro de un mes debería estar concluida. Está escrito en el BOE, el periódico que, en teoría, siempre publica la verdad. Pero está a punto de celebrar su 25º aniversario la Universidad de León, un año más joven que la Constitución Española, han desaparecido del paisaje las choperas y los grajos, han perdido la vida once personas, son incontables los accidentes de tráfico, y las obras no han comenzado. Lo denunciaba ayer la diputada nacional socialista por León, Amparo Valcarce, quien ha pedido explicaciones al ministro de Fomento, Álvarez Cascos. La parlamentaria achaca el incumplimiento a dos motivos: errores técnicos del proyecto y absoluta prioridad a la autovía León-Benavente. El primero es absolutamente creíble. El nivel freático de la zona lo ha sufrido también la Universidad. Su Facultad de Derecho no hace agua, al contrario: de sus aulas han salido muchos «números uno» en oposiciones de altísimo nivel, pero sí ha necesitado de correcciones técnicas importantes para solucionar el problema. Y el segundo motivo también tiene lógica. La empresa adjudicataria de algunos tramos de la autovía y del soterramiento de la Ronda Este es la misma: Vías y Construcciones. Si no ha cumplido los plazos alguien se lo habrá permitido. Amparo Valcarce califica el incumplimiento de «muy grave» y anuncia que desde el PSOE «no se van a tolerar más engaños y más chapuzas en una obra tan decisiva como ésta». O empiezan las máquinas a roncar en enero, o habrá movilizaciones. «No vamos a permitir una vez más -dijo- el cuento de la lechera». Idéntica respuestra dio el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Villaquilambre, Miguel Hidalgo: «Nuestro grupo no va a admitir más cuentos de la lechera; si no meten las máquinas a comienzos de año, ya veremos qué movilizaciones emplearemos». Sin duda, lo tenían ensayado. A eso, en política, se llama coordinación. Aunque el tono sea diferente, la voz es siempre la misma. El soterramiento de la Ronda Este, a su paso por Villaobispo, en la rotonda de distribución del tráfico, supondrá romper la argolla actual. Los vecinos están hartos de promesas incumplidas y de aplazamientos. Han pasado trece años y, en el mejor de los casos, sin nuevo cuento de la lechera, tendrán que esperar a los quince, a la niña bonita, para que la obra sea una realidad.