Recordad que es humana

LO TENGO que confesar. Desde el sábado a hoy, estoy acomplejado: debo de ser el único periodista español que no conoce personalmente a Letizia Ortiz. Y algo peor: estoy empezando a temer que sea el único ciudadano de este país que no tenía ni idea de su relación con el Príncipe. En este tiempo de España, eso supone una grave limitación profesional: nunca me invitarán a un programa rosa de televisión. Y no salir en un programa rosa es la condenación perpetua, la negación de la existencia. Hecho este humillante desahogo, añado que me alegra mucho la aceptación social que ha tenido el anuncio de boda. Somos un pueblo maravilloso, que nos alegramos de la felicidad de los príncipes. Causa asombro pensar cómo este país pudo haberse embarcado en dos aventuras republicanas a lo largo de su historia, llevando como llevamos en los genes tanta devoción a lo monárquico y cortesano. Tiene que ser porque en esas aventuras republicanas no había una televisión que enalteciera a los reyes y a sus hijos. En cuanto a la futura Reina, me empieza a inquietar la cantidad de elogios que recibe. Un día más en ese nivel, y empezarán a surgir peticiones de elevarla a los altares. Está resultando excelsa en todo: como periodista «de raza»; como presentadora; como mujer esforzada, generosa, culta y dinámica. Si después de tanta lisonja, elogio, piropo y vulgar pelotilleo, esta dama es capaz de conservar su serenidad, tenemos que convenir que es la Reina que España necesita. Y después, tenemos los programas de televisión. Y radio, todo hay que decirlo. Hay una auténtica persecución de quien se sospecha que la ha tratado. Todos los vecinos están viviendo su momento de gloria ante las cámaras. Y lo más sorprendente: las televisiones encuentran siempre ese testimonio buscado. Bueno, lo encuentran tanto que una afamada periodista llegó a contar que don Felipe amenazó a sus padres con abdicar si se repetía la historia de Eva Sannum y no le dejaban casarse con Letizia. Me da miedo todo este espectáculo. Espero que dure solamente unos días a partir del jueves, que es la fecha de petición de mano. Letizia Ortiz es, probablemente, la mejor candidata a esposa del Príncipe que había entre las conocidas. Todos hemos alabado el acierto de la elección. Pero muchos periodistas y programas están haciendo méritos para que les enviemos un telegrama que diga, imitando al esclavo que llevaban los césares de Roma: «Recordad que es excelente, pero también humana».