CANTO RODADO
Letizia en el país de las maravillas
LETIZIA nos ha sumido en la vida contemplativa y nos ha transportado al país de las maravillas. Spain is different . El cartel turístico de los 60 está vigente en el siglo XXI y el compromiso de don Felipe con una estrella mediática -moderna nobleza que para plebe hay una larga lista de periodistas de ambos sexos en paro o en precario- ofrece buenos réditos a la imagen del país. Bien vale la inversión de una boda real a cambio del eco galáctico. España es un país de las maravillas, la perfecta estampa de un cuento de hadas. Nunca he sabido por qué a los principescos matrimonios se les mandaba a comer perdices para colmar su felicidad. Tal vez lo descifre Letizia en próximos episodios del evento. Y no es que una se tome a chufla la Monarquía, que es una institución constitucional de la celebrada Constitución Española de 1978 que quieren que, 25 años después, siga intacta, inmaculada como los trajes de la novia. Y, claro, se mezcla todo: la boda,que es divina, los sentimientos, que son muy humanos, la dinastía, que está en ese limbo indefinido de lo divino y lo humano... Y los niños. Entre dos y cinco. Que le canten esa cifra a una ciudadana de a pie (a una periodista, pongamos por caso). A lo mejor cunde el ejemplo y el Príncipe soluciona el problema de la natalidad. Quien se anime, ya sabe: lactancia materna como manda la santa madre Junta de Castilla y León. Deben pensar que las mujeres desconocen sus beneficios y han decidido invertir en una campaña. Pero la lactancia materna no es lo mismo que chupar de la teta, como las empresas que diseñan mensajes obvios. Cuando se trata de beneficios sociales nos aplican el reglamento y a correr, que Letizia sólo hay una. 16 semanas de baja maternal a ser posible compartidas con el padre. Del permiso de paternidad, nada de nada. Ampliar el de maternidad, menos. Puestos a ser modernos y del siglo XXI, que Letizia ya lo es, a nosotras que nos equiparen a las suecas: 15 meses para criar a sus hijos e hijas.