Diario de León

LA VELETA

Rajoy, sin amigo catalán

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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FALTAN seis días para las elecciones en Cataluña, y ya se asegura que se van a cumplir dos previsiones. La reforma del Estatuto catalán y que, sea cual sea el resultado que salga de las urnas, el PP debería olvidarse en Madrid del apoyo de CiU en caso de necesitarlo, es decir, si no obtuviera mayoría absoluta en las legislativas de marzo. Si el PSOE ganase esas elecciones, simple hipótesis, CiU posiblemente se sintiese aliviada. Según los sondeos, en Cataluña podrían salir de las urnas muy equilibrados el PSVC/PSOE y CiU. Para gobernar, una y otra fuerza política necesitaría coaligarse con Esquerra Republicana (ER). Y ahí se hace vital la pregunta de por cuál de las dos siglas mayoritarias se inclinaría este partido. Si es hacia CiU, el cambio que parece desear la sociedad catalana no podría realizarse por los mismos que debieran ser cambiados. Y si formase coalición con los socialistas, más la rama catalana de IU, en La Moncloa viviría Aznar sus últimos meses presidenciales bajo una premonición inquietante, la de si los resultados catalanes podrían influir decisivamente en las elecciones de marzo. Una coalición de los socialistas con ER serviría, sin embargo, a la artillería «popular» para disparar contra un PSOE que se alía con independentistas. Pero ese fuego graneado contra una coalición que, por otra parte, lleva años funcionando muy bien en el ayuntamiento de Barcelona, no garantizaría a Rajoy una victoria del PP en marzo por mayoría absoluta. Y si no la obtuviera, ¿con qué otros partidos, además de con la fidelísima CC, podría coaligarse Rajoy para formar Gobierno?. Ni con el PNV, obviamente, ni con IU, obviamente, ni con CiU, obviamente. Si CiU pasara en Cataluña a la oposición, nada en limpio obtendría de apoyar al PP en Madrid. Y si, coaligada con ER, siguiera al frente de la Generalitat, un acuerdo de apoyos mutuos con el PP, en el «parlament» y en Madrid, obligaría a Rajoy a aceptar la reforma del Estatuto catalán, y no sólo como la proyecta Mas sino también, aunque pudiera rebajar su alcance, como propone el republicano Carod-Rovira. Los extraños compañeros de cama abundan en la comedia política, pero no hasta el punto de que Rajoy, ocupando el lecho solitario de Aznar, introdujera en él a quienes Aznar había tan desdeñosa y tenazmente combatido.

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