Diario de León

SIETE DÍAS

Banderas y conflictos

Publicado por
FERNANDO ALLER
León

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LA PR·ESENTACIÓN del libro La memoria recuperada en el Club de Prensa de este periódico, escrito por la periodista María Antonia Iglesias, ha sido motivo no solamente para la evocación de los 14 años de gobierno socialista, sino también para la reflexión en torno al momento actual del PSOE. El libro, un volumen que 1.200 páginas, refleja densas horas de conversación con las personas más destacadas del PSOE, que definieron una etapa histórica y que unían a sus responsabilidades de gobierno una influencia determinante en el seno del partido. Al final de la conferencia alguien se aproximó a María Antonia para agradecerle sus palabras, porque suponían -dijo- un viento fresco y un hálito de esperanza en un momento que no refleja precisamente el punto máximo en el baremo de entusiasmo de la militancia. Y eso que María Antonia Iglesias opina que el asunto de la corrupción que provocó la pérdida de poder del PSOE es agua pasada, que ya no cobrará factura en próximos comicios electoraes y que aquel asunto ha quedado ya enmarcado en su auténtica dimensión, la acción particular de «doce golfos». La cuestión ahora se puede reducir, por tanto, a un interrogante: Amortizado el pasado, ¿la actitud de Rodríguez Zapatero es la más adecuada en la confrontación política con el adversario, en la disputa por el poder? María Antonia Iglesias elude una respuesta directa, pero no oculta su disgusto por gente que está en la cuneta y que en su opinión aún es válida para el proyecto socialista: Una recuperación que pasa también por articular un proyecto político sólido, no pactista sino propio, que nazca del convencimiento de quienes han sido llamados para defenderlo y no de la estrategia de márketing o del oportunismo. Claro que uno piensa que en ese cambio de talante no parece que sea lo más apropiado anunciar, como ha hecho Zapatero, que se liquida la etapa de «oposición útil» para dar paso al «cambio», sin explicar suficientemente en qué consiste. No parece que los asesores de Zapatero hayan estado muy afortunados en la elección de las palabras, porque es evidente que un político ha sido elegido por el pueblo para ser útil, tanto en el gobierno como desde la oposición. Abominar de la utilidad como concepto, en cualquier escenario, presupone acoger como norma de conducta la inutilidad y lo inservible o, lo que aún sería más grave, lo pernicioso y dañino. Y es que en política resulta fundamental el concepto, el discurso más allá de la intención, aunque cuando la intención está clara resulta mucho más fácil explicar su contenido. Recambios están anunciados también en Caja España. Mañana lunes se reúne el consejo de administración en convocatoria extraordinaria. Algunas fuentes aseguran que podría quedar cerrado el nombramiento del nuevo director general. Otros afirman que no hay consenso en torno a un nombre y que lo que mañana «toca» es que el presidente, Juan Manuel Nieto Nafría, explique el contenido del acuerdo de cese-dimisión firmado con el exdirector general Evaristo del Canto. Algunos consejeros no ocultan su descontento. También en este asunto las palabras son importantes. La cuestión es la siguiente: El pacto alcanzado por los 17 miembros del consejo de administración contemplaba el cambio del director general, no tanto por la gestión desarrollada, cuanto por un peculiar talante. El consejo, consecuentemente, facultó al presidente para que articulara el relevo. Y así lo hizo. Sin embargo, ahora una parte de los consejeros, al menos, creen que Nieto Nafría se extralimitó, que una cosa es pactar y llegar a un acuerdo y otra cuestión diferente es sustraer al consejo la última palabra en un asunto de gran importancia, porque por medio está una indemnización millonaria (entre 200 y 300 millones) y la incorporación de Evaristo del Canto a la entidad de ahorro de la que procede, con competencias en un área territorial de negocio en la que compite con Caja España. Lo que algunos con peso determinante en el consejo de administración discuten no es la capacidad de Juan Manuel Nieto, que está fuera de toda duda, sino también su talante, las formas. Esta situación provoca que algunos consejeros contemplen en un horizonte más próximo que lejano el cambio del presidente. Las mismas fuentes ponen, incluso, nombres y apellidos en torno a alguien que sería bien aceptado: Una persona de la confianza de Juan Vicente Herrera, con la que colaboró muy estrechamente en una etapa política anterior, de gran preparación técnica y de una solvencia intelectual probada tanto en ámbitos empresariales como académicos. El problema es que esa persona, que lleva pareja la altura intelectual a la física, no parece muy dispuesta a aceptar la propuesta. Su vida profesional, bien asentada, hoy por hoy va por otros derroteros. Lo que nadie cuestiona es que Caja España necesita zanjar la crisis con urgencia. La incertidumbre y la falta de información, tanto a nivel social como interno de la Caja, es el campo más abonado para la especulación. Y en esa especulación hay consejeros que aseguran que el nuevo director general ya tiene nombre y apellidos, la persona de la que más se ha hablado en los últimos días y también de la plena confianza de Juan Vicente Herrera. Será bendecido por el presidente autonómico entre una terna que permitirá cubrir las formas. Lo que también está claro es que Herrera en este asunto no quiere intermediarios y que se dispone a terminar con las facciones de otros tiempos por el procedimiento de elevación, asumiendo personalmente las decisiones. Continúan también discurriendo las aguas turbulentas en el Consejo Comarcal del Bierzo. Jesús Esteban, alcalde de Bembibre, sigue sin ver satisfechas sus aspiraciones. Así que persiste en su amenaza de abandonar la disciplina socialista en el Consejo Comarcal. (Mal se abandona lo que nunca se ha practicado, puntualiza algún socialista del aparato). En fin, que Esteban planta de nuevo cara a la Ejecutiva Provincial y amaga con dejar en minoría a su propio grupo. Claro que como en el Bierzo las guerras intestinas no son exclusivas de ningún partido político, hay dirigentes que ironizan con la situación y recuerdan que ahí está la mitad del grupo del PP, también hecho unos zorros, para compensar deslealtades. La coalición PSOE-UPL, con el respaldo también del PP, que gobierna el Ayuntamiento de León, ha solicitado al rector de la Universidad que coloque la bandera de León en todos sus edificios, en pie de igualdad con las de Europa, la de España, la de Castilla y León y la universitaria. Es de suponer que en el campus del Bierzo, a todas las citadas habrá que añadir la bandera de esta comarca. Al parecer, al rector, Angel Penas, la idea no le ha gustado mucho. Tal vez le parezcan demasiadas banderas en un una zona, que, como su propio nombre indica, se define por la universalidad de las ideas y no por el acotamiento de los conceptos y de los símbolos. El Ayuntamiento replica que si es por dinero, la Casa Consistorial las paga. Rumbosos.

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