El plan social

JOSÉ LUIS Rodríguez Zapatero ha propuesto un Plan de Atención a Mayores y Dependientes de ocho años de duración, con una dotación inicial de mil millones de euros. El Plan contempla el derecho universal a ayuda domiciliaria, social, hospitalaria o a una plaza en una residencia y suficientes centros de día. Zapatero ha dicho, además, que ese compromiso será prioritario si llega a gobernar. Seguro que los ciudadanos toman nota y lo apuntan. En España hay tres millones y medio de discapacitados cuyos gastos, en su inmensa mayoría, son cubiertos por la familia que, además, es el principal, el único cuidador de estas personas. La atención sanitaria que les ofrece el Sistema Nacional de Salud es buena, pero los costes indirectos que soportan las familias son muy elevados y lastran cualquier posibilidad de desarrollo con normalidad. Por otra parte, el número de mayores de 65 años de edad crece de manera imparable porque aumenta la esperanza de vida. Vamos hacia una sociedad de mayores, con un fuerte incremento de enfermos crónicos. Eso supone más necesidades hospitalarias , un aumento continuo del gasto farmacéutico y un crecimiento ineludible de los servicios a la tercera edad. Así que la propuesta de Zapatero es oportuna, aunque me parece que esos mil millones son insuficientes. Tampoco creo que un Plan de este tipo reduzca el gasto sanitario. Pero es imprescindible. La necesidad de ganar votos no debe evitar que miremos con lupa cada peseta que se gasta procedente de los impuestos que pagan los ciudadanos. Y creo que, antes, habría que hacer un análisis global de cómo están tratando los ayuntamientos, las comunidades autónomas y el Estado este asunto. Saber qué se está gastando y en qué. Y hacer un Plan Nacional de la Dependencia, similar a los que Ana Pastor ha puesto en marcha en relación con las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la nutrición. Pero este debate es imprescindible. Afecta a cerca de diez millones de personas y a sus familias. ¿Calculan los votos que puede llevar al zurrón de quien, de verdad y de frente, aborde un problema social de primera magnitud? Pues eso, que los discapacitados y los mayores tienen el derecho de ser atendidos. Y nosotros la obligación de hacerlo. A ver quién da más de verdad.