Al aparato seleccionador

CONCLUYERON las elecciones en Cataluña. Comienza la carrera por colocarse en las listas para las próximas generales. Como ocurre con las selecciones de fútbol, seguramente todos tendríamos un equipo diferente en la cabeza. También los bercianos. Pero me temo que en la cancha polvorienta de la política, los seleccionadores no se dejan presionar por el aliento de los aficionados-administrados sobre el cogote. «¡Que lleve a Fulanito!, «¡Que no, que lleve a Menchunguito!». Nada. Los «aparatos» de los partidos, a diferencia de los entrenadores futboleros, no se acojonan -pero ni un poquito-. Porque son amorfos, sólo cobran terrenalidad en la victoria, y resultan incorpóreos en la derrota. Al menos, los bercianos podremos estar relativamente tranquilos en cuanto al número de representantes que probablemente tendremos en el estadio de la Carrera de San Jerónimo. Aunque el «mister» Zapatero sea quien tenga la última palabra en la configuración del combinado leonés del PSOE, no me cabe duda que en el futuro equipo parlamentario estará el regidor de San Andrés, Miguel Martínez, a la postre bercianísimo de Toreno. Y que por la banda senatorial entrará de una vez por todas Antonio Canedo, eterno alcalde de Camponaraya, y que es sin duda uno de los grandes comodines que la cantera socialista ha alumbrado en los últimos tiempos. Lo mismo sale al cruce en el Consejo del Bierzo, que ordena la defensa cuando dos o tres puntas contrarios se desmandan -de su propio equipo incluso-; que se lanza sobre la tibia de sus rivales populares con los tacos por delante y pulidos como facas. Más dudas, en cambio, quedan en torno a la aplicación de la cuota femenina. Pero casi ninguna sobre el acento berciano de esa tiránica factura -¡para que luego te salga una María Teresa Sáez!-. Cuentan algunos que la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Ponferrada tiene muchas papeletas para desbancar de su escaño a otra berciana, faberense para más señas, que sin embargo ha alcanzado un notable caché al socaire del crecimiento de Zapatero. Es Amparo Valcarce, cuyos defensores, en cambio, creen que no ha de temer nada de Velasco tras su fiasco electoral en Ponferrada pese a tener muchas bazas en su mano y no haber sido capaz de granjearse las simpatías del electorado. La gran incertidumbre para la afición comarcana debe centrarse sobre el combinado del PP. Teniendo en cuenta que la selección se realizará probablemente desde Valladolid, y considerando todos los trapos sucios que los populares autóctonos han dejado de lavar dentro del vestuario, me temo que los bercianos no acabaremos demasiado bien representados; al menos en lo numérico. Tal vez repita Ángel Escuredo, que siempre se ha distinguido por arrinconar muchos de los intereses partidarios generales en pro de los particulares de la comarca, y quién sabe si se colará en la alineación el propio Riesco -o algún patrocinado- a cuenta de su mayoritario triunfo en la capital berciana. A ustedes, desengáñense, sólo les cabe confiar en la omnisapiencia del «aparato», y luego acudir a votar cual ferviente hincha.