Macbeth hoy

MACBETH trae hoy su estruendo y su furia al Auditorio Ciudad de León. Pocos clásicos son tan interesantes para un espectador actual como esta tragedia  sobre la voracidad de poder en una pareja. Siempre me he preguntado cuál es el cometido de una esposa  en la vida de un político corrupto. En teoría, alguien en la familia tiene que hacerse preguntas si  pasas de una hipoteca  en Leganés al chalé en La Moraleja pagado a tocateja, pongamos por caso. El  zagalín quizá tarde un poco en asociar que ahora renueva cada año la playstation, pero la mujer del corrupto ha de advertir que ahora con la nómina hacen maravillas. Cuándo Fulano recibe cien millones de pesetas en comisiones por corromperse un poquín, ¿se lo cuenta a la señora, nada más llegar a casa? No es un tema baladí, pues las reacciones pueden ser distintas, desde que se vayan todos a celebrarlo a un burger  a que la esposa pregunté, así como haciéndose la loca, cuál es el teléfono del fiscal anticorrupción.  Gran parte de los escándalos de corrupción se han conocido a través de esposas descontentas con su pensión. Porque esa es otra, el corrupto de éxito no tarda mucho en darse cuenta de que con la pasta  que gana  en negro se puede permitir bailar el mambo. Por supuesto, también puede darse que la corrupta sea ella, incluso  los dos y cada noche se den novedades en la cama. Pero hay otra posibilidad superior,  que tu compañero/a sea la voz que fortalece la conciencia, la antorcha en la noche, el equilibrio en el conflicto.  El verdadero amor no puede convivir con la mentira y el engaño, terminaría enlodado, contaminado de sombras. Pobre matrimonio Macbeth, se les perdió el amor, con tanta ambición y asesinatos... Todavía se ríen las brujas.