Funcionarios de tarde

EL CONCEJAL de Personal ha abierto la caja de Pandora de la plantilla municipal. La primera en la frente. Vamos a ver quien tiene que ir a trabajar por las tardes, aparte del guardia de turno y de la funcionaria del padrón que ya tienen experiencia sobrada en la materia. La segunda, en plena cara. Pero esta viene de la parte de los sindicatos: que se atreva el edil Canuria a mover el horario o a decir a los funcionarios cómo se trabaja en el Ayuntamiento, ha dicho el más avezado. Desde el otro lado del pacto que sustenta el gobierno municipal tampoco se ve con buenos ojos eso de abrir por las tardes, no porque sea una medida impopular sino por motivos de tesorería. Dudan en el sector leonesista de que el beneficio a prestar a los ciudadanos y ciudadanas sea proporcional al gasto de funcionarios y funcionarias en luz -el invierno es muy largo en León- y en teléfono, por si la falta de clientela hace caer a los funcionarios en el más profundo aburrimiento y darse a la conversación. La cuestión principal es si es necesario o no abrir por la tarde y qué servicios serían más útiles a la ciudadanía en el turno de tarde. No en oponerse para ganarse la simpatía hasta del último trabajador municipal como parece que han hecho la oposición y los sindicatos sin pensar que ya hay servicios que abren por la tarde. Hay ejemplos: la guardería de León Oeste, que es la única pública de la capital que abre por encima del horario escolar. Trabajan también por la tarde en la escuela de música y en los centros sociales. ¿A qué viene tanto escándalo? ¿A quién sirve el Ayuntamiento, a los funcionarios o a la ciudadanía? Empecemos por ahí y dejémonos de monsergas y privilegios que no existen. Los derechos son otra cosa más respetable. Y trabajar por la tarde donde sea necesario para el común, como mínimo, debe ser negociable. ¿O es que a alguien se le ha ocurrido proponer que se apaguen cada día los hornos en la Vidriera para que los trabajadores no sufran los turnos?