Trípode para un balón

EL PRESIDENTE de la Diputación Provincial, Javier García Prieto, tuvo jornada intensiva el pasado jueves. Asistió a la inauguración de la feria Intur en Valladolid, pasó por Boecillo para abrazar a Segundo Martínez, ex-jefe superior de policía de Castilla y León, homenajeado junto al futbolista del Valencia y de la Selección Nacional, Rubén Baraja, en el «Yugo de Castilla», y casi sin tiempo para un «tentempié», emprendió viaje a Madrid. En la capital del Reino presentó a los empresarios de la diáspora leonesa las líneas generales para estimular la inversión en nuestra provincia. Es una buena línea de trabajo. La nueva Corporación Provincial lleva una marca. Ha dejado atrás los malos tiempos de desgobierno, apatía y desidia; de división e intolerancia. No se hizo limpieza general, pero todo indica que los viejos fantasmas han huido del Palacio de los Guzmanes. La institución, eminentemente presidencialista, ha retomado el pulso sereno, firme y dialogador. En ello tiene mucho que ver su titular, Javier García Prieto. Parece, al menos así lo percibo, que la actual Corporación reúne todas las posibilidades para cumplir el papel que tiene encomendado al servicio de la provincia. Es el signo luminoso, en contraste con otros opacos y preocupantes. Es preocupante y oscurantista la doble crisis -de gobierno y de gestión- que atraviesa Caja España -por cierto: el consejo de administración no se reunirá mañana, como voceé por error ayer, sino el viernes próximo. En él se designará al nuevo director general, que traerá aires del Cantábrico-, y esa promesa que continúa navegando sobre las nubes, la escuela de pilotos. No tengo más remedio que reseñar, otra vez, la desconfianza social de León sobre el proyecto. En respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada socialista Amparo Valcarce, el Gobierno ha rotundizado que los pilotos del avión de combate Eurofighter se entrenarán en las bases de Getafe y de Morón. Es hora de clarificaciones. No puede asegurar el PP que «está hecha» la ubicación de la Escuela en la Virgen del Camino, y el Gobierno ni lo menciona. Aclárense de una vez. En cualquier caso, que quede claro: La Escuela de Pilotos nos la deben. Y de la Diputación, al Ayuntamiento de León. Las cuentas del consistorio no paran de darnos sorpresas. Resulta algo extravagante que el presidente de la FRMP, Mario Amilivia, ex-corregidor de la ciudad, pida o exija, no sé cuál es el término, que se paguen las cuotas atrasadas a la Federación, cuando el Ayuntamiento todavía está ejecutando los presupuestos aprobados bajo su mandato. ¿Estaba prevista la partida presupuestaria?. Lo que ha dejado la anterior Corporación es una deuda de la que no se sabe su verdadero alcance. Hasta nos han amenazado con caminar a ciegas por la noche si no se pagaban los recibos de la luz. La pregunta está en boca de la sociedad: ¿Cuánto debe el Ayuntamiento de León?. Como en el «Hermano Lobo»: ¡Auuuug!.