Zapatero: ¿qué has hecho por León?

SIEMPRE que concluye y finaliza un año, hacemos balance de todo lo que ha transcurrido en el mismo, los momentos buenos y los momentos malos. Profesionalmente también vemos en qué hemos fallado y cuáles han sido nuestros brillantes aciertos. Aquellos que se dedican a la cosa pública, a la política, bien sea local, regional o nacional, suelen y deben hacer este balance cada cuatro años. Al final de la legislatura los ciudadanos de a pie debemos examinar lo que han realizado en el ejercicio de su cargo electo, las gestiones y frutos de su trabajo público, y el cariño, atención y preocupación para que su labor no pase desapercibida. Y sinceramente creo que los ciudadanos debemos ser exigentes, ya que el reconocimiento político no se debe de tener por el apellido, ni por el pasado, sino por el esfuerzo e implicación en los 1.500 días que dura toda la legislatura. Todos están obligados a reflexionar en voz alta y dirigirse a los ciudadanos de su circunscripción, sincerándose y dando cuenta de lo hecho y de lo que no se ha podido hacer. Hago este comentario ya que vengo notando que en nuestra ciudad existe cierta amnesia y olvido de que un diputado nacional por nuestra provincia, por León, ostenta un cargo relevante e importante en la política nacional, el vallisoletano José Luis Rodríguez Zapatero. Este joven, pero veterano político -con casi 16 años como diputado- es hoy el máximo líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a nivel nacional. Muchos eran los ciudadanos de la capital y provincia que tenían la confianza e ilusión de que la llegada de este diputado leonés marcaría un antes y un después en León. En definitiva, que fuera un político agradecido con su tierra y con los que le eligieron en el 2000. Muchos nos alegramos que un parlamentario leonés estuviera en lo más alto, ya que nuestros problemas y reivindicaciones estaban más cerca de solucionarse. E incluso, se llegó a hablar del «efecto Zapatero». ¡Cuánta expectación sintieron los hombres y León! Estábamos orgullosos en el 2001 de que José Luis fuera a codearse entre los mejores y se presentaba como la voz perfecta y reivindicativa de León en la capital de España y en las altas esferas de la Cámara Baja. Desgraciadamente esta confianza otorgada por muchas familias leonesas se está desvaneciendo con el paso de los días, con el transcurso de los meses. Desgraciadamente, José Luis no es el diputado nacional que en el 2000 iba pidiendo en campaña electoral el voto por la provincia de León. Desgraciadamente, durante estos dos largos años como secretario general del PSOE, Zapatero ha estado más pendiente de contentar a la FSM, su principal valedora y pagar favores a su tocayo Balbás, ha estado más entretenido en agradar a los veteranos guerristas y de no hacer sombra a los barones socialistas, Chaves, Bonos y compañía. Desgraciadamente, Zapatero ha estado más pendiente de sus viajes, de Ferraz, de Trinidad Giménez. Desgraciadamente, nuestro paisano Zapatero, diputado por León, se ha rodeado y asesorado de mediocres parlamentarios, como el salmantino J. Caldera y el lucense J. Blanco. Desgraciadamente, para Zapatero ha primado más el País Vasco y Cataluña que los votos e inquietudes de los leoneses. Desgraciadamente, Zapatero prefería dos horas sujetando la pancarta de Nunca Mais en Santiago o de No a la Guerra en Sevilla, que emplear dos horas para reunirse en el Ministerio de Defensa con Federico Trillo para interesarse por el desarrollo e implantación de la Escuela en Pilotos de León. Desgraciadamente, Zapatero prefería subir a la tarima del teatro de Getafe como telonero de Simancas que acudir al polideportivo de Ponferrada con Ángel Villalba hace cinco meses. Desgraciadamente, Zapatero se conforma con ser un eterno perdedor, como ha sucedido en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid. Desgraciadamente, José Luis valora positivamente los recientes resultados obtenidos en Cataluña, donde le han votado 150.000 personas menos. Desgraciadamente, a Zapatero no le interesa lo que está sucediendo en el Consejo del Bierzo, o si en La Bañeza después del pacto antitransfuguismo firmado por todas las formaciones políticas gobierna su partido con un «tránsfuga». Desgraciadamente, a Zapatero le preocupa su seguridad y su futuro electoral encabezando las listas por Madrid más que León y sus gentes. Desgraciadamente, Zapatero no sabe que dentro de nada viene el ministro a inaugurar la León-Benavnete, muy transitada por su chófer cuando va a Madrid, que nuestro aeropuerto tiene futuro, que el Musac está quedando muy lindo, que circulan coches y camiones por la autovía a Astorga, que en Villadangos hay mucho movimiento de tierras, que para el casco histórico y el Egido hay proyectos nuevos, que en La Bañeza se va a construir un circuito para motos, que los leoneses vamos a tener un CTR moderno, etcétera... Todo esto sucede aquí en León, señor parlamentario. Desgraciadamente, mientras sus embajadores socialistas y amiguetes leoneses, Miguel Martínez, Valcárce, y Francisco Fernández le hacen la cobertura política. El primero manifestando que «El futuro de León pasa por tener un leonés como presidente del Gobierno» ¡Apañados estamos!, no vale para ser líder de la oposición como para dirigir los destinos de este país. La segunda haciendo méritos y alegrándose de que algún tema proyectado se retrase o que exista una desgracia, ya que eso es rentable para ella y su lucimiento personal. El señor Fernández, alcalde «por casualidad» de esta ciudad, olvidándose interesadamente cuando le llama al móvil de comentarle que empuje y haga fuerza con la permanencia del Banco de España, con la Catedral de León, con promocionar la capital y su turismo, reuniéndose el comité federal socialista aquí, con sus infraestructuras, de hacer gestiones para que alguna empresa se implante en nuestra provincia, etc. Desgraciadamente, «Za» ha perdido la memoria y el recuerdo de sus paisanos. Afortunadamente dentro de 100 días podemos recordárselo: «Zapatero ¿qué has hecho por León?».