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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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EL PRESIDENTE norteamericano Bush aseguró que encontraría a Sadam aunque se escondiera en el centro de la tierra, pero se conoce que es difícil llegar a un sitio tan hondo. Hay que cavar mucho. Lo mismo dijo de Bin Laden y tampoco se ha dado con él en el subsuelo. A quienes están en busca y captura es más fácil buscarlos que capturarlos. En vista de eso los invasores se conforman con los suplentes y han lanzado 1.200 hombres a la caza de Al-Duri, «número dos» del régimen de Sadam. Tras doce horas de búsqueda en la ciudad de Hawiya, sólo atraparon a su secretario, o sea, al inocente número uno del malvado «número dos». Nadie ignora que la primera baja que se produce en todas las guerras es la verdad. En los dos bandos se miente más que se dispara, con la intención de darle ánimo a los combatientes, al objeto de que mueran con la moral muy alta. Por eso a las retiradas se les llama «avances hacia la retaguardia» y todos los partes dan cuenta de grandiosas victorias, hasta que uno de los dos bandos confiesa su derrota final. La guerra de Irak fue un paseo militar pero la postguerra está siendo una sangría continua. No se sabe por qué a los nativos no les agrada ver soldados extranjeros por las calles de sus ciudades o por lo que queda de ellas. Tienen muy escasamente desarrollado el sentido de la hospitalidad, que venía considerándose una de las tradicionales virtudes de los pueblos árabes y no le dedican una sonrisa a estos turistas. La verdad es que son unos visitantes extraños y ya se sabe que «los huéspedes y la pesca, a los tres días apestan». Varios batallones de la 173 Brigada Aerotransportada registraron la localidad de Hawiya, al oeste de Kirkuk, en una de las mayores operaciones registradas en esta guerra en la que España figura en calidad de «estrella invitada». No encontraron al tal Al-Duri, que según el mando aliado es el coordinador de la resistencia. Han arrestado a su secretario, a su mujer y a su hija, pero el «número dos» no aparece ni a la de tres.

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