EL BALCÓN DEL PUEBLO
«Apocalipsis now» en el Bierzo
EL CORREGIDOR de Bembibre, Jesús Esteban, suspendido cautelarmente de su militancia socialista, no pasa una. Sigue en su abrasadora campaña de abrir grietas en el socialismo berciano. A unas declaraciones desafortunadas del presidente de la Gestora, José Giménez, replica con otras más ardientes. Visiona un «Apocalipsis now» y pronostica una crisis sin precedentes: «La catástrofe que se le viene encima es parda». Persiste en su numantinismo de denuncia contra lo que supone un pacto de gobierno PSOE/PP en el Consejo Comarcal con dedicaciones exclusivas que indignan a la sociedad berciana. Incluso se felicitó porque los dos sectores populares, cortados por la cintura, se esfuercen en la unificación. Es una escalada de despropósitos por ambas partes. El Consejo Comarcal está en crisis total, y también las dos sólidas columnas que lo sustentan: la socialista y la popular. Los populares buscan la unificación. Y los socialistas lo intentarán el sábado próximo en su congreso comarcal, que deberá cerrar un desencuentro orgánico que dura ya más de año y medio. Los socialistas han convocado a 73 delegados -los diez de Bembibre no comparecerán, ni tampoco previsiblemente los de Barjas, Borrenes y Carucedo- y su pacto será absolutamente mayoritario. Canedo será elevado a la secretaría general del socialismo comarcal berciano. Miro desde la cima del Manzanal y no contemplo por ningún lado el apocalipsis que diagnostica Jesús Esteban. Más bien, al contrario: Veo a Esteban sin ninguna rendija abierta para el regreso. Se va por la gatera. Esta crisis es el peor precedente de las opciones comarcalizadoras. Visto que cuando menos son los indios sobre la pradera, más se pelean por los caballos, las opciones comarcalizadoras van a quedar descartadas en el inmediato futuro. El descrédito es absoluto. La crisis del socialismo beciano es un ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas. Si el mandato de la gestora no hizo más que provocar agravios, las respuestas de los agraviados no pueden ser más lamentables. Si Pepe Giménez creyera que los díscolos estaban al servicio del PP, ¿por qué les deja la puerta abierta para el retorno?. Esteban tampoco es creíble cuando afirma que su postura está motivada por el fárrago de las dedicaciones exclusivas. Hasta un tonto sospecha que se debió a no repetir en la presidencia del Consejo. Con estos argumentos la única opción consiste en romper la baraja. Me quedan en el tintero dos anécdotas desparramadas en el palacio de Fuensaldaña: la primera la protagonizó la consejera de Cultura, custodia de Las Médulas bajo tierra, no enterradora; la segunda es que la Mesa no admitió una pregunta sobre los atascos del fin de semana en León por no ser urgente. Los dos interrogadores, Joaquín Otero y Antonio Losa, todavía estarán riendo la estulticia. No río, sino lloro, la muerte del padre Enrique Martínez Cañón, 57 años, agustino, un apóstol lebrel. Y felicito a Pablo Antonio Martínez, que hoy tomará posesión como inspector-jefe de la Comisaría de Policía de Astorga. Es ribereño del Órbigo. Al día siguiente lo hará Javier Amoedo como nuevo fiscal-jefe de la Audiencia Provincial de León.