Diario de León

DESDE LA CORTE

Los desafíos de Cataluña

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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CONSUMATUM EST. Maragall y Carod-Rovira ya se han casado. Cuando escribo esta crónica, falta por rematar la entrada de Joan Saura para completar el «menage a trois» o, dicho en lenguaje políticamente correcto, el gobierno catalán tripartido. Pero ése será un detalle complementario. Lo importante es que, entre las opciones posibles, hay un matrimonio de izquierdas. Si se oye al PP, presidente incluido, estamos casi ante una tragedia nacional. Escuchado Zapatero, es lo más normal que se pudo hacer. La solución catalana va a ser material inflamable en la campaña de las elecciones generales. El pacto será arrojado por el Partido Popular al Socialista como quien echa un cubo de basura. El discurso será éste: el PSOE no tiene escrúpulos para pactar con independentistas con tal de tocar poder; Zapatero no tiene autoridad sobre Maragall, y ese acuerdo de las izquierdas es un anticipo de lo que puede ocurrir en España si Rajoy no alcanza la mayoría absoluta. Sobre todo, desde que CiU anunció que ya no respaldará a nadie más en Madrid. Ante tanto aprovechamiento político de las circunstancias, parece preciso hacer alguna anotación. La primera es que la coalición de izquierdas no es nueva. Ya gobierna el ayuntamiento de Barcelona. La segunda, que estamos ante una alianza acorde con el lenguaje de las urnas. Cataluña votó nacionalista y votó izquierdas. La mayoría de izquierdas es la más clara de todas cuantas se podrían formar. Está dotada, por tanto, de una legitimidad de urnas que nadie puede discutir. Otra cosa es que disguste su sesgo ideológico. De momento, Maragall ha conseguido algo que en Moncloa deberían apreciar: no plantearán una financiación a l estilo vasco con cupo y concierto económico. La creación de una agencia tributaria regional es discutible, pero no anticonstitucional. Y, en todo caso, quienes plantean estas dificultades deberían responder con la mano en el corazón: ¿hubieran preferido, acaso, la formación de un frente puramente nacionalista? Hay mucho cinismo en las críticas y mucho aprovechamiento electoralista. A partir de estas reflexiones, hay que esperar que el gobierno español y su partido no cometan los mismos errores del País Vasco: romper los puentes de entendimiento. Si los rompe, que nadie lo dude: Cataluña se hará más radical. El único problema o que tiene «Madrid» es no saber quién es su interlocutor en el nuevo gobierno catalán. En teoría, Maragall. Pero es muy difícil borrar la imagen de que quien inspira, manda y controla es el señor Carod.

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