Visitas navideñas

A PESAR de que en tres días celebramos la Navidad, el espíritu de esta estación no parece que vaya a dar tregua a los políticos bercianos. Me aseguran desde el PP que la entrevista con el flamante secretario comarcal del PSOE en la que éste aseguraba que si los populares presentaban una moción en el Consejo aprovechando el mutis de los tres alcaldes socialistas, se montaría parda en la Diputación -la expresión es mía, él era bastante más violento- corrió como la pólvora entre los sillones de los procuradores populares en Fuensaldaña. Es bastante fuerte que Antonio Canedo advierta de la posibilidad de lío en una institución en la que, hasta el momento, el PP tiene mayoría absoluta. Está claro que la única manera de que se abra ese melón -esta vez, sí sigo la terminología utilizada por Canedo- es a través de la traición de parte de los diputados populares. Flaco favor para la vicepresidenta para el Bierzo. En el caso de la moción presentada por Esteban y los suyos, está claro que no saldrá adelante, y que su promotor lo sabía. ¿Cuál es la razón para lanzar una bala sin pólvora? Nadie con la historia política del alcalde de Bembibre es tan ingenuo como para pensar que una propuesta de estas características va a ser votada por los populares en las actuales circunstancias. El pacto al que han de llegar los consejeros del PP, y que no debe sellarse más allá del seis de enero, acabará con todas las «prebendas» que el grupo de Anievas ha venido denunciando y a las que Fátima ya ha renunciado. «No nos hace falta que venga un ex socialista a arreglarnos los problemas», ha manifestado en estos días uno de los dirigentes del PP. Por otro lado, está claro que votar a favor de esta propuesta sería dar munición a cuantos han voceado durante meses la existencia de un pacto entre el PP provincial y Susi para hacerse con el gobierno del Consejo. El cisma popular pende de unos cuantos días, días que serán de vital importancia para descubrir los nombres que el comité electoral provincial propondrá para el Congreso y el Senado. De momento, los grupos ya están más que definidos. Tras la visita de Mario Amilivia a Ponferrada el pasado viernes para dar calor a la gestión de Fátima, más de uno ha hecho un comentario malévolo. «No es por nada que esté tan sólo», han venido a decir. Y qué me dicen de la tradicional visita del alcalde a los necesitados del municipio. Ese recorrido por hospitales y poblados de menesterosos es un aldabonazo contra los principios liberales del partido al que representa. La bondad no se puede legislar -la decisión de ser egoísta o generoso es un derecho y, por lo mismo, depende tan sólo de una elección libre, no de un deber impuesto-, y esas demostraciones de caridad navideña chocan con las buenas costumbres. Además, no creo que al que tiene que pasar la Nochebuena en el Hospital le haga gracia el interés del alcalde por sus problemas de salud. A ninguno nos gusta estar presentes en nuestro propio sufrimiento, con lo que parece claro que la presencia de un extraño, aunque éste lleve el bastón de mando, también está de más.