Diario de León

CON VIENTO FRESCO

Alfredo Rodríguez

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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EL PASADO miércoles se celebraron las elecciones en el Instituto de Estudios Bercianos (IEB). Alfredo Rodríguez, después de doce años como presidente, renunciaba a un nuevo mandato al frente de la Junta de dicho instituto. No podíamos obligarle una vez más, pues sus compañeros somos conscientes de que la presidencia del IEB requiere de una dedicación intensa y agotadora. Alfredo tiene otros proyectos profesionales y familiares, que debemos respetar, aunque lo echaremos de menos; pues sin duda es el mejor reflejo y ejemplo de lo que hoy es el IEB. Antes de las elecciones, hubo asamblea de socios para que la directiva saliente diera cuenta de su labor; pero el acto fue sobre todo el de la despedida de Alfredo y la valoración de sus doce años al frente de la institución; no el de su homenaje, que el instituto aún le debe. La valoración la hizo el propio presidente con la emoción a flor de piel, con estusiasmo, rigor y objetividad. Habló de la labor interna del IEB, la captación de socios, la nueva sede y del apoyo que siempre ha recibido del Ayuntamiento de Ponferrada; explicó la importante proyección externa del IEB en sus relaciones con otras instituciones, el papel en la promoción cultural y turística del Bierzo, a veces cicateramente soslayada por algunas administraciones o instituciones; se emocionó con la numerosas publicaciones que el instituto ha llevado a cabo en estos doce años. Pero sobre todo se enorgulleció con el congreso «Piedra a piedra» y la publicación, junto con el Diario de León, de la Historia del Bierzo, que ha sido un referente importante de nuestra historiografía. El IEB es un instituto de estudios que tiene medio siglo de existencia. Su tirón como institución cultural se inició bajo la presidencia de José A. Iglesias, pero ha sido Alfredo Rodríguez, en estos últimos doce años, quien ha logrado convertirlo en el centro de estudios con más socios de la comunidad (cuenta con seiscientos); y con mayor proyección cultural, que trasciende el ámbito de la propia comarca. El IEB organiza anualmente un concurso de música de órgano, que es único en España (y con cuyos premios se edita ahora un CD); promociona el arte a través de exposiciones y catálogos de los artistas más representativos del Bierzo; ha celebrado importantes congresos sobre la historia y la cultura de la comarca; gestiona el Aula Arqueológica de las Médulas, que sin alharacas, ha contribuido a promocionar como nadie este yacimiento arqueológico; y sobre todo, además de la revista del instituto, ha logrado publicar más de cuarenta libros, algunos de los cuales, como el Cartulario de Carracedo, son básicos para el conocimiento de nuestra historia. Gran parte de este labor se la debe el Bierzo a Alfredo Rodríguez, persona volcada por entero en la organización y proyección del IEB, y por ende, en el estudio y difusión de la cultura berciana. En ese sentido, Alfredo ha sido un hombre generoso con su tiempo, que ha dedicado totalmente a esta labor, no siempre bien reconocida y nunca compensada, si no es por el cariño de los socios y el apoyo de sus compañeros en la Junta de gobierno. Diría incluso que profesionalmente se ha visto muchas veces postergado, injustamente, por mantener al IEB al margen de las luchas de partido, por hacer de esta institución un lugar de encuentro, y no de enfrentamiento, de todos los que se interesan por la historia y la cultura del Bierzo. Alfredo no sólo ha sido generoso con su tiempo, ha sido sobre todo una persona entusiasta por el Bierzo, que a contagiado a todos los que le rodean, sin caer en chovinismo estrechos, sino mirando siempre con amplitud y universalidad. Deja el listón muy alto, pero quizá su mejor herencia ha sido crear un equipo que dé continuidad a su obra. En ese sentido, la elección de Mar Palacios, estrecha colaboradora de Alfredo en estos últimos años, es el mejor regalo que ha podido hacer al instituto porque garantiza su futuro; lo deja en buenas manos.

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