Cerrar

Creado:

Actualizado:

TRAS EL ÚLTIMO Consejo de Ministros del año, comienzan unos breves días de vacaciones, un fin de semana largo que parte de nuestra clase política (y empresarial) dedica al esquí. Luego llega Baqueira, y el retiro de fin de año, y llegan los propósitos para el nuevo año. Los periodos de meditación, mientras practica sus deportes favoritos, le vienen bien a Aznar. Suele traer decisiones importantes bajo el brazo. Aunque su retirada ha comenzado ya, y cada vez se le nota más el alejamiento hacia cuestiones internacionales. Pero sería absurdo pensar que en nada está interviniendo para que tal nombre quede potenciado en las listas electorales, o tal otro relegado. La voz de José María Aznar aún es mucha voz, especialmente porque la de Mariano Rajoy sigue sin escucharse en su plena potencia e independencia, que todo llegará, desde luego. Ignoro lo que hará Rodríguez Zapatero en estos días. En su felicitación navideña, a algunos les dice, de su puño y letra, «confío en tu compromiso», de cara a 2004. Sigue siendo un optimista incorregible que se mueve por impulsos éticos y que piensa que simplemente con la verdad por delante, que es su eslogan íntimo, va a llegar a ver cumplidos sus últimos objetivos. Le quedan dos meses para, además, ajustar el aparataje, dotarse de una verdadera política de comunicación y emitir mensajes verdaderamente ilusionantes para los electores. Dos meses en los que pueden ocurrir muchas cosas, desde las locuras asesinas que planea ETA -peor que nunca, si es que con los verdugos caben comparaciones en las que unos proyectos de matar son peores que otros- hasta nuevos reveses europeos, otros desafíos autonómicos -aunque me parece que la tónica va a ser más bien la contraria- o más disgustos provenientes del campo internacional, y pienso, sobre todo, en Irak. Pero la experiencia muestra que la opinión pública se mueve lentamente. Aznar se marcha acaso excesivamente glorificado -aunque haya que admitir que merece una buena nota media general, pese a los aspectos criticables de su gestión-, Rajoy sigue acaso excesivamente intocado y Zapatero puede que esté considerado como demasiado frágil, sin serlo tanto. Dos meses y pocos días y, luego, comienza otro futuro.

Cargando contenidos...