Diario de León
Publicado por
JULIA NAVARRO
León

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NINGUNO de los dos, ni Rajoy ni Zapatero, son líderes de los que entusiasman, de los que concitan el cariño espontáneo de la gente, salvo entre los suyos claro está. Por eso la campaña electoral podría estar muy igualada si no fuera porque Mariano Rajoy parte con ventaja. La ventaja de contar con la inmensa mayoría de los medios de comunicación a su favor, e incluso los que oficialmente no lo están tampoco le son adversos. En una sociedad mediatizada como la que vivimos contar con medios de comunicación es tener la mitad de la partida ganada. Si a eso le añadimos que el PP gobierna y por tanto tiene el BOE a su disposición, la ventaja aumenta. Pero además Rajoy está haciendo mejor campaña. Mariano Rajoy aparece como un hombre de talante conciliador y centrista, liberal, dispuesto al diálogo, pero como él mismo ha dicho, con las ideas claras y por tanto dispuesto a decir

cuantas veces sea necesario. Los estrategas populares nos venden a un político con el que no habrá sobresaltos, que ofrece seguridad, y eso en política es un valor en alza. Por el contrario José Luis Rodríguez Zapatero no termina de encontrar el tono para la campaña. Acaso tiene demasiados consejeros y estrategas que le ahogan su personalidad. Las modificaciones constitucionales que plantea el PSOE no afectan en absoluto a la medula de la Constitución y se puede decir que son de sentido común y necesarias. El Senado debería de ser una Cámara Territorial, un lugar de encuentro de las comunidades autónomas, lo mismo que es necesario acabar con el anacronismo que significa que los varones estén por delante de las mujeres a la hora de asumir la Corona. Y sin embargo, estas y otras propuestas del PSOE intranquilizan a los ciudadanos, que no terminan de saber el alcance de las mismas, y que escuchan mensajes distintos de los barones del PSOE. Por decirlo claramente la imagen de Rajoy es la del político seguro y estable, mientras que a Zapatero, y no por defecto de él, sino por los errores de los suyos, aparece como un líder débil. Dice el refrán que Dios nos libre de nuestros amigos porque de los enemigos ya me libro yo. Zapatero bien podría decir lo mismo de algunos que se le declaran amigos y entusiastas dentro de sus filas.
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