Diario de León

EN EL FILO

Predicciones para el 2004

Creado:

Actualizado:

QUIZÁ sea por bisiesto, o por electoral, o por casamentero. O quizá porque llevamos muchos años que no son bisiestos, ni electoralmente tan generalizados, o de soltería principesca, o de relativa calma política en los territorios llamados históricos. Es el caso que 2004 se nos presenta como un período de agitación, de noticias, trepidante. Porque, para empezar por lo último, resulta que el republicano George Bush será (o no) reelegido en noviembre como inquilino de la Casa Blanca. Y nadie puede desconocer la importancia que tiene que este inquilino tenga un talante u otro. No es lo mismo Clinton que Bush Jr., Reagan que Roosevelt, por colocar paralelismos quizá desquiciados. Personalmente, no puedo discrepar más de aquella frase entiendo que desafortunada de Aznar, según la cual Bush debería ser reelegido en pro de la paz y la estabilidad del mundo. Pienso exactamente lo contrario. Y mis particulares predicciones -ánimo, casi nunca acierto- son bastante negras en caso de reelección de quien decretó las guerras de Afaganistán e Irak, estuvo a punto de desatar la de Siria y ha gestionado desastrosamente las posguerras, tras, lógicamente, ganar las batallas, faltaría más. La división europea, en parte generada por las actitudes de Washington, pero en buena medida también por el agoísmo y el deseo de protagonismo de Francia y Alemania, también preludia días tensos ante el crecimiento de la UE. Menos mal que el primer semestre estará presidido en la Unión por la discreta Irlanda, porque la vieja Europa no aguantaría otro período liderado por el berlusconismo. Claro que seguramente la futura realidad europea necesitaría de un análisis más demorado, porque lo que está ocurriendo en la UE, cercana a la fractura aunque siempre lubricada por las buenas formas y los muchos intereses comerciales, es susceptible de numerosas precisiones. Y tenemos por fin, claro, el panorama nacional. Pocas veces tan complejo, interesante y necesitado de reflexiones profundas y no contaminadas por los apriorismos, los sectarismos ni los miedos. No son solamente esas elecciones del 7 de marzo, sobre las que parece planear un claro vencedor (aunque en estas predicciones no me mojaría yo en una apuesta definitiva), las que van a determinar cambios en los avances de nuestra democracia, mejoras en el diálogo entre los rivales y aun adversarios políticos y nuevos rostros e ideas nuevas para renovar ciertas viejas rutinas; es que, además, en este 2004 habrá elecciones europeas y, posiblemente, comicios autonómicos anticipados en el País Vasco. El Plan Ibarretxe va a dominar, en su efímera tozudez, la mayor parte de este año bisiesto. No sé si las predicciones no son, tantas veces, la mera expresión de deseos, pero tengo para mí que la crispación interterritorial que ha presidido los últimos meses de la vida española dará paso a nuevos intentos de entendimiento, en Euskadi, en Cataluña, en Andalucía, en Galicia. Y en todas partes. Y el abismo que se cierne sobre Europa tratará de aproximarse, a base de los esfuerzos de los propios europeos. Porque desde los Estados Unidos apenas llegarán tentativas para desunir, aún más, a la UE.

tracking