Bajo mínimos

EL 2003 concluyó con la menor actividad de ETA en toda su historia, con la excepción de 1999 en que la organización terrorista se mantuvo en tregua. Asimismo, la violencia callejera se redujo en un 70 por 100 con relación a 2002, con menos de 150 acciones delictivas de esta naturaleza. Los hechos confirman que este descenso de la sinrazón promovida por los fanáticos radicales no se debe a su propia iniciativa, que supuestamente habría optado por una estrategia menos sanguinaria: la detención reciente de dos etarras que pretendían llevar a cabo grandes atentados en estas fiestas navideñas confirma que sólo la hábil actuación de las fuerzas de seguridad del Estado y la cooperación internacional han conseguido reducir su actividad y situar su «potencia de juego» bajo mínimos.